jueves, 29 de octubre de 2020

¡Encontrando la Paz, la Felicidad y la Libertad!

Esperar una experiencia positiva es una posición totalmente falsa, porque nunca ha habido una experiencia negativa. Usted está a la expectativa de que el mundo cambie para encontrar su felicidad, su paz, pero esto no tiene ningún sentido. Por ejemplo: usted actúa o intenta actuar de forma inteligente, como si supiera lo que debe hacer para evitar el sufrimiento. No entiende que, entre más estudia o aprende sobre lo que debe hacer, más se limita su vida.
Todos sus intereses son mentales, y todos sus momentos —felices e infelices— son solo como experiencias de un sueño. Cuanto más usted se mueve de esta manera, más se acerca a esta forma humana existir, y usted sabe cómo es la “persona” —esta no deja de “ser persona”—. Por eso, he enfatizado la importancia de que usted se desconecte de sus reacciones, porque estas están siempre premeditadas por creencias. Esto no tiene nada que ver con una Vida Divina, y sí con el patrón sufrido, problemático, de “ser una persona”.
Jesús solía decir: “No se ocupen con lo que ustedes vivirán mañana, con lo que comerán, vestirán, o adónde irán”. ¿Por qué decía eso? Usted cree que yo soy demasiado insistente en cuanto a la necesidad de que usted salga de esa historia, de esa imagen, de ese personaje de marido, hijo, esposa, mamá, y cree que es muy difícil, que oír esto es muy duro. Sin embargo, en tanto usted esté interesado en estas cosas, permanecerá únicamente en ellas. Es como alguien que está literalmente soñando y que tiene mucho interés en lo que ocurre en el sueño. Cuando sueña y el sueño no es bueno, usted está loco por salir de la situación. Pero cuando el sueño es bueno y agradable, usted quiere permanecer ahí.
La dificultad con la que nos deparamos aquí es que, para el ego, lo agradable es desagradable, así que usted no se mueve para ir más allá del “sueño”. En el fondo, usted ama ser madre, padre, marido, hijo, novio, ser “gente”, y no percibe que querer esto es cargar siempre con el miedo. Usted piensa: “Yo puedo existir, vivir, estar vivo, ir al trabajo, alimentar a mi hijo, llevarlo a la escuela, tomar decisiones, ser amado, aceptado…”. Pero cada una de estas posiciones tiene su posición opuesta. Usted hará todas esas cosas, pero si no puede hacer alguna, habrá mucho dolor, mucho sufrimiento. Usted tiene la fuerte sensación de que la vida es continuar luchando, pero cuando no pueda luchar más, se va a deprimir, solo, aislado, en sufrimiento.
El problema realmente no está en el hacer, sino en la idea de que “usted” está presente en eso. Usted piensa: “Yo nací para un gran propósito, tengo una gran misión, haré grandes cosas. Por eso, tengo que luchar, tengo que batallar mucho hasta tener la victoria absoluta”. Esa es la postura de la mundanidad, del patrón de ser miserable.
Así, usted no encuentra belleza, encuentra solamente lucha. ¿En qué piensan las personas?, ¿sobre qué hablan?, ¿qué es la vida para ellas? Ahora, está el caso de la nominación de un nuevo ministro de Salud, las actitudes del presidente, el coronavirus, la cuarentena… Para las personas, la vida es eso, sumado a la particularidad de media docena de hijos, nietos y de quienes están a su alrededor. Todos están hablando de esas “historias” tan importantes para ellos.
Entonces, usted se depara con Buda, con Jesucristo, y ellos dicen: “No ocupe su mente con el mañana, con lo que va a comer, a vestir, si estará vivo o no el próximo fin de semana”. ¿Ellos son de otro planeta? ¿Será que, en realidad, ellos son de otro mundo? ¿O será que solo parece que están en este mundo, pero no están en ese “sueño” en el que usted cree estar? Ellos no piensan: “¡Yo existo!”, “¡Yo soy!”, “¡Yo haré!”, “¡Voy a realizar cosas mañana!”, “¡Quiero hacer una gran historia!”. Ellos entienden que no están aquí para hacer.
Sin embargo, mire a las personas a su alrededor. Están con miedo, porque hay decisiones que aún no han tomado y deseos que no han alcanzado. Es así: primero, el deseo era tener dos hijos, y ahora, criarlos, porque aún no son adultos; después, el deseo será ver a los hijos de ellos, y después, vivir mucho para poder ver a los hijos de los hijos de ellos. Pero llegó el coronavirus, y se escucha el sonido de las ambulancias al pasar… Cada vez que lo escuchan, se afecta algo internamente y estas personas ven la propia muerte cantada por la sirena de una ambulancia. No sé si ustedes entienden lo que digo… Hay personas a su redor deprimiéndose al oír una ambulancia pasar.
Así que, ser una “persona” no es algo gratificante. Pasar por los mismos viejos caminos, pisar los mismos pasos, dar los mismos pasos en la misma dirección, no me parece muy bueno. No tome pensamientos como “¿Qué debería comer?” o “¿Qué debo hacer?” ¡No los tome! La mayoría de las personas tiene pensamientos de ese tipo: “¿Qué voy a hacer?”, “¿Qué voy a realizar?”, “¿Dónde voy a estar?”, “¿Cómo será el futuro para mí y para los míos?”.
Jesús, si estuviera frente a usted, diría: “¡Deje el mundo en paz y las cosas donde están! ¡Deje que cada cosa siga su propio destino! ¡Deje que cada cosa sea como es! Vea todo esto como un juego, cuyo resultado no está en sus manos. ¡Abandone el apego! ¡Abandone también el abandono del apego!”. Él le diría, también: “¡Vaya más allá de este mundo, más allá de la idea de hacer algo, o de ganar y perder algo!”.
Así que deje el mundo en paz, deje las cosas donde están. ¡No se envuelva! Me refiero a que no se envuelva internamente, psicológicamente. Así, usted será Libre y puede conocer a Dios, vivir la Verdad, ser Feliz. ¿Sabe qué sucede entonces? Su patrón de “sueño” termina.
Alguien en un estado de total aflicción psicológica se lanza del séptimo piso del edificio. Su desorden psicológico es tan dolorosamente agudo que cree poder librarse del mundo así, creyendo que así acabará todo. Entonces, viene un Sabio indio y dice: “Él va a buscar un nuevo vientre, porque quedó debiendo mucho y aún tiene muchos pendientes, muchos deseos que quiere y aún no ha podido cumplir”. El Sabio dice que la persona necesitar volver otra vez, y otra, y otra, y otra vez, para resolver asuntos inconclusos. A usted le parece dramática esa historia, ¿no? ¿Cree que su pequeña historia no es tan dramática? Mientras usted tenga deudas, tendrá que resolverlas; si está debiendo, tiene que pagar; si está huyendo, será capturado; si no quiere algo, lo va a tener. Así que su historia es igual de dramática.
Si usted tiene alguna forma de miedo, si quiere escapar de algo, entonces eso tendrá. Es decir, de alguna forma, usted está en deuda. Los Sabios le llaman a esto “reencarnar” o “volver a nacer”, yo lo llamo la “continuación del sueño”. ¡El “sueño” continuará! Si nada se resuelve, ¡todo continuará! ¡Así que saque a su mente de eso! En otras palabras, no deje que los pensamientos se viren a lo externo, porque entonces estas condiciones comienzan a tomar lugar.
Si sus pensamientos vuelven a la Fuente y desaparecen en el Corazón, ¡usted encontrará Paz, Felicidad y Libertad absolutas! ¡Así que saque a sus pensamientos del mundo! Tráigalos todos de vuelta a la Fuente, que es el Silencio, y entonces, ya no habrá deuda, “sueño” es historia. Así, el mundo acaba.
Trecho de um Satsang intensivo online ocorrido no dia 16 de Maio de 2020. Para más información sobre nuestras reuniones, haga clic aquí.

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