domingo, 29 de agosto de 2021

La clave de la verdadera liberación

El Gurú, el Maestro, destruye absolutamente todas tus creencias, incluyendo, y principalmente, aquellas de las que no eres consciente: todos los tabúes, prejuicios, paradigmas, conceptos formados; todos los condicionamientos, ¡absolutamente todos!

Solo eres libre en tu Verdadera Naturaleza. Mientras haya una sombra de mente, la ilusión está presente, el miedo está presente. ¡Mi trabajo aquí es mostrarte lo que es ser absolutamente libre!

Quien es absolutamente libre ya no puede ser capturado por el mundo, ni por este mundo ni por los otros mundos. De hecho, los otros mundos son todos de la mente egoica, que crea un cuerpo, o un vehículo, para expresarse en "su" mundo: el mundo de sus logros, de sus conquistas, de sus deseos. Así que no importa la cualidad que tenga ese mundo, porque, al ser fabricado por la mente, es una prisión del propio ego y algo construido por él.

En el ego, en esta ilusión, estás vinculado al objeto de deseo: la familia es un objeto de deseo; los bienes materiales son objetos de deseo; la búsqueda de autoafirmación y autorrealización, de tal o cual manera, es un objeto de deseo. Este vínculo crea necesidades ilusorias en una supuesta identidad. Es la ilusión del deseo, del placer y de encontrar satisfacción en el objeto. Tu "amor" es una prisión, y no hay que ser inteligente para darse cuenta de esto, porque, cuando este amor se aleja, está el dolor. Si hay dolor en lo que llamas "amor", esto no es más que otro objeto ligado a la autosatisfacción; es otro objeto de deseo.

Todas tus relaciones, sin excepción, son trampas de la mente; algo que esta crea para satisfacerse y realizarse.

La mente, en su prisión, se ata a una autosatisfacción egoica, satisfaciéndose en las, así llamadas, relaciones. Hay relaciones con cosas, tales como el auto, la casa de la playa, el apartamento; bien sea con un regalo que recibiste, un jarrón, un juego de cubiertos de plata o joyas. Está la relación con los espacios geográficos, la fuerte necesidad de satisfacerse estando en lugares especiales, en ambientes especiales, diferenciando lo que sientes estando en el campo y en la ciudad; te gusta esta ciudad y no te gusta aquella otra; o en esta te sientes bien y en la otra te sientes mal.

Y está la famosa relación con las personas, y también con los animales. Hay quienes no quieren a la gente, no les gustan las personas, pero aman a los animales; como, por ejemplo, la señora que cría quince perros pero no soporta a los niños.

La señora que tiene quince perros sabe que ninguno de ellos ofenderá su ego; puede que la irriten, haciéndose pis, o caca, de la que ella se tendrá que encargar, pero aun así no irritarán su ego a nivel personal; eso confrontará a la persona que ella cree ser. Lo mismo ocurre en la relación con los animales, los entornos, los espacios, los lugares: mientras nos estén ofreciendo algo, lo queremos. Así es la relación con las cosas: mientras algo te esté dando placer, lo conservas; cuando deja de darte placer, lo desprecias. Todas las relaciones son así, y también las personales.

No hay verdad, no hay libertad, no hay amor en las relaciones humanas; solo hay miedo, y este miedo se expresa en la ambición, en la posesión, en la dominación, en el poder, etc. Sé que es una imagen triste y negativa, pero es así. No se puede tener más que esto en este mundo construido por la mente, por el ego; me refiero al mundo que la mente egoica produce.

A esto lo he llamado el "laberinto de la mente": no tiene ni entrada ni salida; es un laberinto sin puerta... solo un laberinto. La mente es solo un laberinto sin entrada ni salida.

Quizás al escuchar esto no veas lo práctico que es, pero es absolutamente práctico. En el pensamiento puedes buscar una respuesta, o puedes abandonar el pensamiento y no volver a confiar en nada de lo que ocurre ahí dentro, que la mente produce. Entonces, en ese momento, has dado un salto en tu sadhana, en tu trabajo de despertar.

Este primer paso lo considero también el último. No tienes que dar ningún otro paso, solo este: nunca más, absolutamente nunca más, confiar en construcciones mentales.

Cada pensamiento en tu cabeza es una mentira, porque el pensador detrás de este está mintiendo; al igual que todas las certezas e incertidumbres, evaluaciones y conclusiones. Es una mentira toda la confianza que se da en estas diversas relaciones, con cosas, personas y lugares; con sentimientos, emociones y pensamientos. O sea, todas las relaciones vinculadas y atadas a esta ilusión básica: la mente es una falacia; todo en ella es una mentira.

¿Qué hay de positivo en esto, en todo este enfoque aparentemente negativo de la vida? Lo positivo de esto es que el agricultor, antes de sembrar la semilla, tiene que limpiar, aflojar y abonar la tierra, así como quitar las piedras, dejándola lista para que florezca la vida, para que la semilla germine allí.

Lo positivo es que tenemos que limpiar la "tierra", y es justamente eso lo que hacemos en Satsang: limpiar la tierra, sacar la basura y los escombros porque todo se está derrumbando, cayendo, desmoronando, y no podemos hacer nada. Quitamos lo que ya se ha derrumbado, caído, vamos limpiando y mirando lo que está cayéndose, desmontándose, porque aún no ha caído todo. Parece que en cada Satsang te sorprendes contigo mismo, viendo cuántos prejuicios y creencias están aún en el sistema, en la "máquina"; los "programas" no pueden funcionar con facilidad, hay muchos virus, y en cada Satsang percibes lo que está atascado, cuánto está todavía atascado allí. Parece que hay que darse tiempo para ver esto.

Transcrito a partir de un discurso en un encuentro online, realizado en junio de 2015. Publicado por primera vez en portugués el 22 de agosto de 2015. Para más información sobre nuestras reuniones, haga clic aquí .

domingo, 22 de agosto de 2021

El Gurú es la Conciencia

Participante: ¿Cuál debe ser la relación con el Gurú interior y exterior?

Mestre Gualberto: La cuestión aquí es que muchos tienen una gran dificultad en aceptar la respuesta que doy a esto. Todos hablan de un Gurú interno, pero esto realmente no es más que otra creencia. El Gurú interno solo es real cuando despierta, y ahí está toda la dificultad. La dificultad es aceptar que esto solo es posible en el contacto con el Satguru externo.

El Gurú externo es el que despierta al Gurú interno. Sin el Gurú externo, el interno es solo una creencia, como cualquier otra. Lo que estoy diciendo con esto es que todo el mundo necesita un Gurú externo, el cual realmente es el mismo Gurú interno. Pero el Gurú interno solo despierta gracias al Gurú externo, incluso si este Gurú externo no asume una forma humana, como ocurrió con Ramana, pero este es un caso raro... estos casos son muy raros. En el caso de Ramana, la montaña de Arunachala era su Gurú.

Toda la dificultad aquí es que, al tratar este tema, podemos plantearlo desde el punto de vista del Gurú o desde el punto de vista del discípulo. Desde el punto de vista del discípulo, existe lo externo y lo interno; desde el punto de vista del Gurú, solo existe el Satguru. Así que interno o externo ya no aparecen. Esto es muy interesante, porque la mente, en su deseo de dispensar toda autoridad, ve también la figura del Gurú como la figura de autoridad sobre ella. La naturaleza de la mente egoica es la naturaleza de la arrogancia. Esta asume la ilusión de poder controlar, de poder resolver por sí misma. El ego cree poder resolver las cosas por sí mismo, la mente cree poder resolver el asunto por sí misma. Pero la mente es básicamente inconsciencia, sueño; no tiene nada, absolutamente nada que ver con el Gurú, interno o externo. El Gurú es la Conciencia, la Presencia externa. Es por su Gracia que la Conciencia, que el Gurú interno, despierta. Así que el Gurú siempre será necesario. La única necesidad es precisamente la del Gurú, la Conciencia, la Presencia. El trabajo es único, es uno solo.

No hay separación entre el Gurú externo y el Gurú interno, pero en la perspectiva de quien cree que sí, la Presencia externa del Gurú es esencial, porque no se puede ir más allá de la mente en la misma mente. La mente no puede investigarse a sí misma. El Gurú externo es la Conciencia, es la Presencia en la forma, y solo la Conciencia despierta. Así, en este contacto, la Conciencia, que es el Gurú en la forma, despierta la conciencia del discípulo... esta misma Conciencia en el discípulo. Entonces comienza el trabajo y ahí se puede hablar de Gurú interno. Antes de esto es solo una creencia, una linda creencia, y toda creencia está en la mente, es parte de la mente; es parte de la inconsciencia, es parte del sueño; solo son palabras, imaginación… Palabras, lo cual es pensamiento, lo cual es imaginación.

Es como la realidad de Dios, que en la mente es solo un concepto, un pensamiento, una creencia, y por lo tanto es solo más imaginación. ¡Dios es real en tu Ser! Dios es real como Conciencia, no como creencia; como creencia es solo imaginación. Asimismo es con el Gurú, que es la Conciencia, Dios. El Gurú solo es real cuando está ocurriendo un trabajo. Cuando ocurre un trabajo el Gurú interior es real. De otra forma, es como creer en Dios, es tan solo otra creencia y una creencia no funciona.

¿Todos están conmigo? Satsang significa estar en buena compañía: en compañía de la Conciencia, en compañía de la Gracia, en compañía del Gurú. Si ustedes, que están en esta sala en Paltalk, pudieran resolver esto solos, ya lo habrían hecho; pero no funciona así. Si este "solo" significara Conciencia, ustedes no tendrían que estar en esta sala, porque el asunto ya estaría resuelto; la cuestión del fin de la separatividad, del sentido del yo, del ego, del mí, así como de todo el sufrimiento, el conflicto y la miseria asociados a esto, ya estaría resuelta.

La mente puede creerse capaz de lograr Esto, pero esto también es solo una creencia, solo imaginación. La acción del Despertar, de la Realización, es una acción de Gracia. Como una acción de la Gracia, es una acción de la Conciencia. Así que es una acción de Dios, una acción del Gurú. En la India esto está muy claro: es el Gurú quien concede este Despertar. Hoy en día, hay un mensaje neo-advaita, que se escucha por ahí, que dice que no es necesario un gurú, que tú ya eres el gurú. Pero tú ves que todos los que han descubierto Esto de manera directa y real, y que luego compartieron esta visión real de la Verdad, a la que se le podría llamar Advaita, siempre hablan de la importancia del Gurú, le oran al Gurú, le cantan al Gurú, se bañan en la Gracia del Gurú, le hacen poemas al Gurú, como ocurrió con Ramana, Nisargadatta y muchos otros.

¿Alguna pregunta al respecto? ¿Tienen más preguntas sobre esto? En ese caso, me gustaría preguntarles a los que están en contacto con el Gurú presencialmente, ¿qué representa esto? ¿Qué les parece? Algunos de ustedes nunca han estado en un encuentro presencial. ¿Qué representa estar en este trabajo?

En la mente, tenemos dificultad en aceptar algo tan simple: que solo hay Uno y ese Uno es la única Conciencia, la única Presencia, no importa si Esta se presenta en la forma de Marcos Gualberto, de Ramana Maharshi o de Buda, la única Realidad, la única Presencia, porque la entrega a esta Presencia es lo que ocurre cuando nos extendemos al Gurú, cuando hay esta entrega del "yo" al Gurú, de este "yo" al Gurú. La rendición es abandonar la ilusión de separación, abandonar a la mente que juzga, que compara, que evalúa, y que está llena de conceptos y prejuicios, miedos y deseos —eso es lo que entregamos, lo que rendimos, lo que soltamos ante esta Presencia única—. ¡Solo existe esta Presencia única, que es lo que eres Tú en tu Verdadera Naturaleza! ¡Solo existes tú! ¡Es esto siempre! ¡En esta sala solo estás Tú en tu Ser! No hay personas en esta sala.

La mente, el cuerpo y el mundo surgen en la Conciencia, la cual es lo que eres Tú en tu Ser. Todos estos son objetos, mientras que la Conciencia es la Realidad que experimenta todo esto, que es el sujeto de todos estos objetos; La que experimenta todo esto. Esta Conciencia es el Gurú. En la Conciencia que experimenta todo esto, la Conciencia única, esta Conciencia es todo lo que hay.

Cuando dices "la persona", o "yo", esto es solo una ilusión en la que creemos; esta creencia es la ilusión de la "persona", del "yo". Todo está en la imaginación. La única realidad es la Conciencia. El "yo" y el "mí" son solo creencias, pensamientos, objetos, para esta Conciencia que los experimenta. Esta Conciencia permanece sola, sin ningún objeto; es en Ella que surgen los objetos. El "yo", la “persona", también es solo un objeto, un pensamiento, algo imaginado.

¿Terminamos aquí? Gracias por el encuentro. ¡Namasté!

Transcrito a partir de un discurso en un encuentro online, realizado el 27 de abril de 2016. Publicado por primera vez en portugués el 01 de junio de 2016. Para más información sobre nuestras reuniones, haga clic aquí .

domingo, 15 de agosto de 2021

¿Es necesario un Gurú?

Todo el debate sobre si es o no necesario el Gurú, sobre si es o no necesario trabajar por esta Realización, es muy controvertido. Sin embargo, la cuestión de la necesidad del Gurú es una cuestión que no debería debatirse nunca, porque es completamente errónea. La cuestión del trabajo, en cambio, sí podría ser debatida. La necesidad del trabajo se puede cuestionar, pero no la necesidad del Gurú. Este es el error: no hay nada que cuestionar sobre la necesidad del Gurú, porque no hay nada que cuestionar sobre la necesidad, o no, de Dios.

Si nos cuestionamos la necesidad del trabajo, asunto que es susceptible de ser cuestionado y debatido, y descubrimos que sí hay la necesidad del trabajo, queda muy claro que el Gurú es imprescindible. En primer lugar, tenemos que entender qué es el Gurú para ver el error en preguntarse si este es o no es necesario.

Así que, ¿qué es el Gurú? ¿El Gurú es una forma humana? ¿El Gurú es una persona, alguien? ¿El Gurú es una autoridad?

¿Qué es el Gurú?

Hablar de un Gurú interior es intentar, en el patrón del pensamiento, crear este interrogante, este debate, porque cuando se habla de un Gurú interior —lo que en realidad es solo enunciar una teoría, un concepto, una creencia— se está abriendo campo para la ilusión de que hay un Gurú exterior, un Gurú con una forma, la "persona" en la forma del Gurú.

¡No hay nada que debatir al respecto y no hay ningún Gurú! Solo hay Dios y Dios es la gran necesidad, ¡la única necesidad! ¡Dios es la naturaleza del Ser! ¡Dios es la única necesidad real! ¡Dios es el Ser! No se puede prescindir del Ser. No se puede prescindir del Gurú. El Gurú no es una enseñanza, no es una práctica, no es un maestro. El Gurú es la Conciencia, la Verdad, Dios. El Gurú es tu Verdadera Naturaleza y no puedes prescindir de lo que ERES.

Tu única certeza es que estás ahí. Así que tu única certeza es que el estar aquí y ahora no se puede descartar. ¡Eso es el Gurú! Esto no es una cuestión interna o externa, sino de la Naturaleza del Ser, de la Verdad. Por lo tanto, ¡no es un tema de debate! No es posible cuestionar la necesidad del Gurú, la Verdad del Gurú, la Verdad de tu Ser. Lo que sí se puede hacer es investigar la naturaleza del trabajo.

¿Cuál es la naturaleza del trabajo en dirección a este Despertar? ¿Cuál es el valor o la importancia de esto? Si el trabajo no fuera necesario, ya habrías descubierto ESTO por tu cuenta.

No podemos discutir la necesidad, o la no necesidad, del trabajo para el Despertar... ¡Esto lo podemos discutir y al mismo tiempo no lo podemos discutir! Podemos enredarnos en esta discusión y llegar a una conclusión, la de que el trabajo no es necesario para el Despertar. Pero esta conclusión presenta una evidente carencia de investigación, porque en una investigación clara se ve la verdadera necesidad del trabajo, pues sin él se continúa igual. El trabajo para el Despertar es una necesidad real. Así, al descubrir la verdadera necesidad del trabajo, queda muy claro que el Gurú es indispensable.

Es como padecer una enfermedad y no tener los conocimientos necesarios para tratarla; es como intentar ignorar la enfermedad, cerrar los ojos ante el malestar y el dolor que genera, y decir: "no hay enfermedad", porque el médico dice que no hay enfermedad. El médico puede decir que no hay enfermedad, puede intentar no nombrarla, no hablarte de la enfermedad, no acentuar la creencia en la enfermedad, pero él es el médico y no tú. Siendo que tú sientes el dolor, los síntomas y el malestar, no puedes decir que no hay enfermedad. Esto sería negarte a ti mismo la posibilidad de tratamiento, de atención médica, que es lo que haces cuando dices que el Gurú no es necesario. Cuando el Gurú no es necesario, tampoco es necesario ningún trabajo; cuando el médico no es necesario, tampoco lo es el tratamiento. Sin embargo la enfermedad persiste. Aunque no quieras verla, está ahí; aunque no quieras sentir los síntomas, estos están ahí; aunque no quieras sentir el dolor, el dolor sigue ahí.

Teóricamente, o intelectualmente, puedo prescindir del Gurú. Puedo tener una respuesta muy clara a la pregunta de si este es necesario o no, y esa respuesta puede ser muy clara intelectualmente. Es como en la no necesidad del médico, en la que el cuerpo sigue enfermo, necesitando tratamiento, pero "descarto la necesidad del tratamiento y del médico". Eso es lo que se ha venido haciendo… Así, "si el médico no es necesario, el tratamiento que me prescribe tampoco lo es". Así que, "si el Gurú no es necesario, el trabajo que él me propone tampoco lo es”. Pero todo sigue igual... Todo sigue igual.

Los innumerables argumentos que puedes utilizar para defenderte del "tratamiento" —que es el trabajo— y para defenderte de quien lo va a realizar —que es el médico, el Gurú— pueden ser bastante claros, contundentes, pertinentes, lógicos, razonables, y aun así no solucionarán nada... El problema seguirá ahí. Es solo cuestión de tiempo y tarde o temprano el dolor estará ahí, los "síntomas" estarán ahí, la "enfermedad" se hará cada vez más y más evidente.

Por lo tanto, entrar en debate sobre estas cuestiones es completamente inútil. ¿Quién haría tal cosa en su propio ego, si el médico siempre está dispuesto a atender a su paciente? El médico tiene la habilidad, la capacidad, la experiencia y los conocimientos necesarios para atender al paciente, pero no está para convencerlo de que está enfermo. ¿O sí? ¿Has visto a un médico ocuparse de eso? ¿Intentando convencer al paciente de que está enfermo? El médico se limita a esperar a que le digas lo que sientes y no está interesado en explicarte lo que sientes, eso es asunto tuyo. Su interés es tratarte, liberarte de los síntomas y de la enfermedad. Por lo tanto, entrar en el interminable debate de si se necesita o no un tratamiento, con alguien que no está sintiendo los síntomas de una enfermedad, no sirve de nada.

¿Crees que este trabajo que ocurre a mi alrededor es para los que están bien o para los que están mal? ¿Es para los enfermos o para los sanos? ¿Crees que el médico viene por los enfermos o por los sanos? Con el Gurú es lo mismo... ¡El Gurú no sirve para nada! Es como el médico, que solo sirve para los enfermos. El médico es maravilloso para el enfermo, porque alivia su dolor, pero para el que está sano no sirve de nada. Para el que está sano, el médico es solo un amigo; no un especialista, ni una ayuda, sino solo un amigo. Si no puedes ver al Gurú, es solo un amigo más, y como amigo es inútil.

Por eso te dije: no sirve de nada que vengas a visitarme en días normales, porque no quiero ser tu amigo; no soy amigo de nadie. Soy un "médico" que atiende pacientes. Si sientes dolor, ven, pero si no lo sientes, ¡aléjate! No tengo nada que ver con amigos. Sí tengo algo que ver con los buscadores de la verdad, con los que están "ardiendo" por Dios. No trato asuntos de política internacional, como "¿Cómo le va a Estados Unidos?"; "¿Qué va a pasar ahora, con el nuevo presidente?” No trato asuntos de fútbol, como el campeonato de Paraíba, Pernambuco, Río de Janeiro o Brasil. No tengo asuntos políticos que tratar contigo. No sé ni tengo interés en saber de economía, música o arte. Mi interés contigo es comunicarte a Dios, ayudarte a superar la ilusión de sentirte un "yo" separado, una identidad separada.

Ahora, si no sientes esto, eres como el paciente que no siente nada. ¡Para el médico no eres un paciente! Imagina ir al médico y decir: "Estoy aquí, doctor"; y el médico te dice: "Bien, ¿qué pasa?" y tú le dices: "No lo sé". Entonces el médico pregunta: "¿Cómo es que no lo sabe? ¿Está bien?"; tú respondes: "¡Estoy bien!". El médico pregunta: "¿Qué quiere decir? ¿A qué se refiere con que está bien?”; tú respondes: "¡Estoy bien, estoy bien!". Vuelve a preguntar: "Pero entonces, ¿para qué ha venido aquí?"; tú respondes: "Para nada. ¡Pasaba por aquí y vine a tomar un café con usted! El médico dirá: "Mire, discúlpeme, pero afuera hay pacientes esperando ser atendidos. No tengo tiempo para tomar un café con usted; déjelo para otro momento. Si me apetece tomar un café, se lo haré saber y tomaremos un café juntos. Pero ahora tengo una fila de personas esperando que las atienda.

Si no lo sientes, no tiene sentido ir al Gurú, de hecho, no ves al Gurú. ¡No lo necesitas! Ya eres un Gurú para ti mismo, ya eres tu propio Maestro, te estás cuidando a ti mismo y no necesitas tratamiento... ¡Estás bien! Así que ¿qué vienes a hacer aquí? No soy tu amigo, no quiero tomar café contigo, pero sí quiero saber qué sientes. Ahora bien, si vienes a decirme: "¡No siento nada! Soy la Conciencia, la Felicidad, el Amor, la Paz…” ¡Maravilloso! Qué bueno saberlo… ¡De maravilla! Es bueno saber que estás ahí. ¡Pero ahora la fila avanza y hay que atender al siguiente! Te pido permiso, porque hay otro que piensa, siente o cree que no es eso; tú crees que eres eso y el otro no. Así que uno tiene una creencia y el otro tiene otra, pero ambos están creyendo algo. Qué bien que creas que todo está bien. Viniste, te sentaste aquí, pero descubriste que solo viniste a tomar un café. No puedo ofrecerte un café, porque no tengo tiempo para un café contigo. Podría recetarte un tratamiento si sintieras que lo necesitas, pero como no es así…

¿Entiendes lo inútil que es esto? Ahora lo entiendes, ¿no? Así que, ¿qué es lo que hago yo? Tú te sientas, ocupas el lugar del otro y yo digo: "¡No! ¡Con permiso! No tengo asuntos personales". Ya voy apartándote, desocupando la “silla”…

Transcrito a partir de un discurso en un encuentro online, realizado el noviembre de 2020. Publicado por primera vez en portugués el 10 de febrero de 2017. Para más información sobre nuestras reuniones, haga clic aquí .

domingo, 8 de agosto de 2021

El mundo no es responsable por tu confusión

Todos buscan la Libertad, la Paz, pero el propio pensamiento y el sentimiento que tienen sobre quiénes son, sobre lo que es la Vida, sobre lo que es el otro, es lo que les impide vivir en esa Paz, en esa Libertad. El que siente esta Libertad, esta Paz, es precisamente el que no piensa —el que no piensa que está viviendo, el que no cree que está viviendo—. El que no siente esta Paz y esta Libertad no puede saber lo que es la Felicidad, porque piensa y siente como una entidad separada, como alguien que controla todo, o que quiere controlar todo, pero no puede. En el fondo, sabes que no puedes, y sin embargo insistes. En el fondo, sabes que tus pensamientos son interpretaciones sobre la vida, sobre el mundo, sobre el otro, sobre lo que eres, y estos pensamientos te molestan, te entristecen, te hieren, te hacen sufrir.

Sin investigar la naturaleza de lo que piensas y sientes, permaneces perturbado, naturalmente confundido. Así, lo que prevalece es el sufrimiento. ¡No hay Paz en este estado! Tu guerra es lo que produce el conflicto que vives, no lo que ocurre en el exterior. Todo sufrimiento es una autoproyección, es algo que está ocurriendo dentro de ti. No es el mundo, no es la vida, no es el otro el responsable de tu confusión y por ende de tu sufrimiento, de esta guerra y conflicto en el que te encuentras. Es necesario eliminar estos obstáculos, y es el pensamiento el que los sostiene.

El sentimiento es algo muy conectado al pensamiento, algo que está dentro de una gran limitación. Tú te confundes con esto, te identificas con esto, te pierdes en esto. Es sobre esto que hemos venido hablando. Tus acciones se basan en las impresiones que causa el pensamiento, impulsadas por el sentimiento estrecho y limitado, que está unido al pensamiento. Por lo tanto, tus acciones nacen de esta confusión y producen más conflicto, más guerra, más sufrimiento.

Una vez confundido, debes detenerte y observar lo que sucede allí dentro. No debes realizar ninguna acción ni hacer nada hasta que haya claridad. Pero no puede haber claridad cuando estás confundido, no puedes actuar inteligentemente cuando estás perturbado. Esto explica por qué hay tanto sufrimiento en el mundo. Tú te ves a ti mismo como una persona capaz de resolver los problemas que su propia mente está creando, capaz de deshacerse del lío en el que se ha metido sin querer. ¡Todo esto está ocurriendo dentro de ti! Por mucho que intentes librarte, no puedes, porque tu acción nace de la confusión, y si nace de la confusión, tu búsqueda para librarte de esta no es verdadera.

No sabes qué es la Libertad, así que no puedes encontrarla buscando. Pero en la mente proyectas deshacerte de esto a través de una acción. En esta confusión, te metes a hacerlo y te involucras con esto. Por supuesto, si no sabes lo que es la Libertad... ¿qué puedes hacer? ¡Tan solo huir! Así que tu acción es para librarte del malestar, de la situación en la que la mente, en la que tu propio pensamiento y sentimiento te han puesto —lo cual es una característica muy presente en esta falsa identidad, en este ego—. Así que te encuentras sufriendo, confundido, en guerra, en conflicto, buscando… No la libertad, porque no sabes qué es la Libertad, sino algo que alivie el dolor. Sin embargo, nada de lo que hagas lo resolverá.

Así que pasas de los veinte años de edad, vives otros veinte, otros cuarenta, otros sesenta años, y luego mueres, pero sigues en la misma condición. No hay Felicidad, no hay Amor, no hay Paz, no hay Inteligencia, porque lo que prevalece es la confusión, la identificación con lo que produce el pensamiento, con lo que produce el sentimiento; tú crees en lo que dicen. Esto se confirma una y otra vez con evidencias externas. Todo lo que la mente egoica sabe hacer es confirmarse a sí misma, haciendo que el mundo, que las cosas que ocurren, parezcan muy reales. Este es un viejo truco del ego, un viejo truco de la "persona", para poder seguir viviendo su historia.

Así que lo correcto es quedarse en silencio, librarse de todo este contenido, de todo este peso interior, de toda esta confusión, pero no puedes hacerlo tú. Solo una acción de la Gracia Divina, una acción de la Verdad, puede acabar con la ilusión, y esto ocurre cuando te detienes. Tienes que estar quieto, tienes que descubrir qué es estar verdaderamente quieto. Tu mente te pone en estados. Tú eres aquel en el que surgen todos los pensamientos y sentimientos, pero tu hábito es confundirte con esto, creerlo, mantenerlo.

Tú eres algo que está más allá del pensamiento y del sentimiento, más allá de la confusión, por lo tanto más allá del sufrimiento, la guerra y el conflicto que surgen a causa de ello. Pero no te conoces, no sabes nada de ti mismo, no conoces la Verdad de tu Naturaleza Real. Hay actividades internas creando esta agitación. El cuerpo está agitado, la mente está agitada, los sentimientos están agitados... ¡tú estás agitado! Te estás confundiendo con el cuerpo, con la mente, así que no hay Conciencia. Cuanto más consciente te vuelves, más claro queda que tú no eres eso. En proporción directa a esta inconsciencia, cuanto mayor es la confusión, más se establece la ilusión como verdadera.

Así que, una acción Divina, una acción de Gracia que surja de esta Quietud es necesaria para que haya más Conciencia, hasta que esta Conciencia se vuelva absoluta y el conflicto termine, la ilusión desaparezca, la guerra ya no esté ahí dentro de ti. Entonces no habrá más sufrimiento. Permanecer en esta Luz de la Conciencia pura, que se asienta en esta Quietud por una acción de la Gracia Divina, trae el reconocimiento de la Verdad sobre quién eres. Estar allí significa una vida libre de sufrimiento, una vida libre de esta egoidentidad, junto con toda la confusión que esta produce. No tienes ninguna referencia a tu alrededor. Todos los días vives y convives con personas, y la primera y más importante es la persona más difícil con la que tienes que tratar: ¡esa persona eres tú! La persona número uno en tu vida es la más confusa.

Mi invitación es a que descubras la Verdad sobre quién eres. Mientras que no se establezca esta Verdad, prevalece lo que no eres Tú, y esto sí sufre las consecuencias de lo que sientes, de las actitudes que tomas, de las acciones que practicas... Sufre las consecuencias de creer ser "alguien". Se necesita una profunda investigación y una gran entrega a la Verdad de que de no eres el cuerpo, de que no eres la mente, para que puedas decir: "No soy yo quien hace las cosas. No estoy haciendo nada, no hay nadie aquí que haga cosas”. Hasta que esto no se establece de una forma real, es puro engaño. Aún es la mente egoica intentando hacerse pasar por la Verdad.

Participante: Lo que más quiero es lograr desidentificarme de este falso “yo”, pero ¿cómo lograrlo?

Maestro Gualberto: No es posible. Esto no es algo que tú logras; es algo que asumes. Lo asumes cuando hay Conciencia. Si no hay Conciencia, cualquier esfuerzo para alcanzarla es solo el movimiento de este falso “yo”. En realidad, lo que busca este falso yo es deshacerse de las molestias momentáneas. La realización, la Comprensión de la Verdad sobre ti mismo, es la muerte de la condición de "identidad presente", de la "persona" que el pensamiento en tu cabeza trata de reafirmar todo el tiempo, trayendo la sensación de un "yo" presente, de "alguien" sintiendo, pensando, haciendo, resolviendo…

Esto se tiene que entender sin el intelecto, porque en el intelecto permanecemos en la dualidad. Intelectualmente, podemos construir todo tipo de creencias sobre esto, hablar de dualidad, de no-dualidad, repetir frases enteras, charlas, conferencias, y muchas cosas que se han visto en los libros, pero aun así, esto no representará absolutamente nada. Por eso mi invitación siempre será a la Quietud, al Silencio, al Descubrimiento, dentro de la Visión pura de la Conciencia, que es la Meditación. Solo entonces será posible estar más allá de la dualidad, de la identificación "yo soy el cuerpo" y también de la creencia "yo no soy el cuerpo".

Lo único que necesitas es descubrir qué es estar Consciente y permanecer en esa Consciencia. Hay una Presencia Divina inmutable y Esta permanece a pesar de lo que el pensamiento y el sentimiento produzcan. La cuestión aquí es que te identificas con lo que el pensamiento produce y no eres consciente de Eso que está presente y que nunca se altera. Esta Presencia es tu Verdadera Naturaleza. Ser consciente de esto es esencial, ¡es fundamental! El toque de la Gracia lo hace posible. Es necesario estar abierto a Esto, estar abierto y receptivo a Esto, y así descubrir lo que estamos diciendo aquí.

Transcrito a partir de un discurso en un encuentro online, realizado el 04 de enero de 2021. Publicado por primera vez en portugués el 16 de febrero de 2021. Para más información sobre nuestras reuniones, haga clic aquí .

domingo, 1 de agosto de 2021

Toma conciencia de tus acciones, reacciones y resistencias

Satsang es una oportunidad para que mires internamente, para que mires lo que pasa allí. En la mente hay mucha confusión —este es el estado común de “la persona”—. Tú no eres consciente de tus acciones, reacciones y resistencias. Es muy importante que veas tus resistencias, de lo contrario te mantienes preso, en la prisión de la resistencia. Ver tus reacciones es la única oportunidad de liberarte de ellas, de lo contrario continúas atrapado en ellas.

Cuando tus acciones nacen de las reacciones, son las acciones de un prisionero, y un prisionero no actúa con libertad. En el momento en que ves esto, estás fuera de esto. Solo cuando estás realmente fuera de las acciones reactivas, de las reacciones psicológicas y de la resistencia, te encuentras a ti mismo en absoluta Libertad.

Por lo tanto, es muy importante estar en Satsang. Aquí puedes investigar esto e ir más allá de la mente egoica. ¡Este momento llamado "Satsang" es precioso, es muy valioso, muy importante! Aquí, todo se cae, todo se disuelve, todo desaparece. Ya no hay tensión, ni conflicto ni miedo, solo Silencio, Verdad, Inteligencia, Libertad... ¡La Libertad es lo más importante!

No hay Libertad cuando se está encarcelado. Cuando estás encarcelado, actúas como un prisionero. Así son tus acciones y reacciones en la resistencia de la vieja identidad que crees que eres. La naturaleza de la mente es vivir en conflicto. Tienes todas las formas de problemas, todas las formas de sufrimiento. No puedes resolver los problemas porque en la mente tú eres el problema. Tú permaneces atrapado a esto.

Lo importante aquí es que te des cuenta de que lo que estamos diciendo es completamente procedente. Acciones, reacciones y resistencias: el antiguo movimiento de la mente egoica. La vida en la mente es una contradicción: se siente una cosa, se piensa otra, se dice otra, y se hace otra totalmente diferente. ¿Es o no es así? No hay Lucidez, Claridad, ni Libertad.

Transcrito a partir de un discurso en un encuentro online, realizado el 25 de enero de 2021. Publicado por primera vez en portugués el 12 de febrero de 2021. Para más información sobre nuestras reuniones, haga clic aquí .

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