domingo, 25 de octubre de 2020

¿Cómo oír la Voz de Dios?

Usted tiene que tomar consciencia de la Verdad, es decir, ir más allá de sus creencias y de toda imagen que hace de sí mismo y del mundo, solo entonces podrá ser total y completamente Libre. Cuando usted le ora a Dios y Él está distante, es como si Él no lo estuviera oyendo. No es que Él no lo esté oyendo, es que usted no consigue oírlo a Él. Ese es el mundo donde usted vive, y es por eso que tiene que trascenderlo: para poder, realmente, oír la voz de Dios.
Entonces, cuando la Presencia del Gurú llega a su vida, es para darle la Visión de la Verdad sobre quien es Usted y sobre lo que el mundo realmente es. Dios es la Verdad de su Ser, sin embargo, usted no tiene acceso a Él, hasta descubrir cómo acceder a Él internamente. Así, este misterioso Poder asume la forma del Gurú y le muestra cómo acceder a Esto ahí dentro. El Gurú silencia su mente e inclina su corazón hacia la Verdad. Este es el misterioso Poder de la Presencia de un Maestro vivo.
Todas las personas a su alrededor son mundanas y toda su orientación es hacia el mundo de los nombres y las formas. Las personas creen en todo y permanecen con la “manada”. ¿Usted sabe cómo es una manada de vacas? Si usted separa a una vaca o a un toro de la manada, ellos estarán locos por volver. Separado, el animal queda perdido, sin saber adónde ir, porque pierde la dirección de la manada. En el ego, usted es así: al separarse de la “manada”, quiere volver, porque se siente perdido.
Así, la Presencia del Maestro es para darle otra perspectiva, otra visión, para sacarlo de la “manada”. ¿Es precioso Eso, no?
Cuando usted se sienta en silencio y comienza a observar el movimiento de pensamientos ahí dentro, ve cómo la mente está llena de basura: ideas preconcebidas, creencias, conceptos, una enorme cantidad de basura psicológica. Al hacer esto, usted puede oír la voz de Dios, ver el rostro de Dios, y este espacio que tenemos juntos, aquí, tiene ese propósito. Dado que usted no puede lidiar con Lo que no conoce, tiene que adquirir una proximidad con el movimiento interno del “yo”. Es decir, es imposible ir más allá de la mente sin hacerse consciente de su movimiento. Si usted no tiene intimidad con el movimiento del propio “yo”, ¿cómo puede soltarlo?
Ahora, repare en lo que le estoy diciendo aquí: no se trata de analizar el “yo”, pues eso es lo que hacen los analistas y los psicólogos; de lo que se trata, es de ver su movimiento. El analista no está separado de lo que analiza. Cuando lo que es analizado surge, es analizado solo porque hay un analista presente. Entonces los dos están juntos siempre —el analista y lo que analiza—. Es como el pensamiento y el pensador —usted no puede separar al pensador del pensamiento, los dos aparecen juntos—. No se puede hablar de un pensamiento sin la ilusión de un “pensador”. Así, si no hay pensamiento, no hay “pensador”; sin lo que es analizado, no existe el “analista”.
Es como el miedo —usted no separa al miedo del que siente miedo—. El que siente miedo está ahí presente como el miedo. Observe que no hay separación. Cuando no hay miedo, no hay “alguien” en la experiencia del miedo; no existe el “miedoso”. También, cuando no hay pensamiento, no hay “pensador”, y cuando no hay nada que analizar, no hay “analista”. Entonces, ¿qué es oír a Dios y ver Su rostro? Es estar fuera de la ilusión de la dualidad: el pensador y el pensamiento, el analista y lo que analiza, el miedoso y el miedo. Por lo tanto, cuando llega el Gurú, es para mostrarle la importancia de estar en este Espacio, que no es un “espacio”.
Ahora, el primer paso, que tal vez sea el último, es observar, conocer esta mecánica. Las personas preguntan: “Pero ¿quién se va a rendir?” Respondo que no existe el que se va rendir. Cuando hay rendición, ¡no queda “alguien”! Por eso esas preguntas que hacen las personas, cuando se acercan a este trabajo, son completamente equivocadas. Estas dicen: “¿Cómo hago para parar de pensar?”. ¡Es imposible parar de pensar! El pensamiento para, pero usted no lo hace parar. Ahora, para descubrir esta mecánica, solamente es asentarse en Silencio y observar esto. Pero no lo tome de forma literal, como lo hacen muchos. Asentarse en Silencio no significa no poder comer, caminar, trabajar.
Aquí, el que está asentado en Silencio es el propio Silencio, no es “alguien”. Si usted cree que es “alguien”, va a colocar su cuerpo sentado y a creer que realmente está en Silencio. Así que, asentarse en Silencio para ver esta mecánica es el Silencio asentado y esta mecánica siendo vista. Esto es muy interesante, porque usted me dice: “Yo quiero observar la mente”. Pero usted no puede observar la mente, solo puede confundirse con esta. Cuando hay observación, no hay mente. Usted tiene que volverse un experto en esta cuestión de la Meditación, que es el “estar asentado en Silencio”.
Fragmento de un Satsang intensivo online ocurrido el 16 de mayo de 2020 a través de la aplicación Zoom. Para más información sobre nuestras reuniones, haga clic aquí.

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