miércoles, 14 de octubre de 2020

Algo que está fuera del tiempo, fuera de lo conocido y más allá del límite de la mente

Al depararse con la imagen de un espejo, usted no tiene duda de que tan solo se trata de un reflejo. Usted no cree que hay alguien en el espejo mirándolo a usted. Es muy claro que no es más que un reflejo, una imagen, y que usted no es eso. Sin embargo, la mente, ahí dentro, ve todo de forma diferente.
Entonces ¿qué estamos investigando aquí? Estamos tan solo tomando consciencia de que una imagen es solo un reflejo, no representa una Realidad. Esto aquí no es un curso, en el que se profundizan conocimientos. Este Trabajo no es de crecimiento, en este sentido. Esto es porque el Ser no se profundiza, la Consciencia no se profundiza. Cuando hablamos de Consciencia y de Ser, estamos hablando de Algo fuera del tiempo, de lo conocido, y que está más allá del límite de la mente.
No es posible imaginar una rosa o una orquídea, en su expresión, volviéndose más profunda, es decir, volviéndose más profunda de lo que ya es, en su manifestación de flor. Ahí está la flor: simple, bella, natural… No puede ser más bella de lo que ya es, o compleja, o no natural. Su Naturaleza Divina, su Naturaleza Esencial, lleva la marca de la Eternidad, de la Atemporalidad, de lo Desconocido. Usted, en su Ser, ya es esta Consciencia y está más allá del tiempo.
Usted oye estas palabras y puede incluso preguntarse si son verdaderas, pero no se trata de si son verdaderas o falsas. Nada es verdadero o falso. Así, yo hago la pregunta y le doy la respuesta: ninguna palabra es verdadera. Aquí no se trata de verdadero o falso, porque cuando tratamos con palabras, estamos tratando con un apuntar; es una flecha en medio de la carretera.
Es como cuando usted está conduciendo su auto y, al llegar a una bifurcación, tiene la felicidad de encontrar una flecha indicando hacia la derecha o hacia la izquierda. Así, las palabras aquí funcionan como la flecha en la bifurcación; no son verdaderas ni falsas, son solo indicaciones. Usted tendrá que descubrir si las flechas le están diciendo algo o no. El paso en dirección a la dimensión de la Verdad, de la Sabiduría, es un paso hacia la incerteza. Esto es de una gran belleza, porque usted necesita confianza, rendición, eso que llamamos “fe”, hasta saber por sí mismo. En realidad, este Saber es adentrar en lo Desconocido, lo cual es el No Saber.
¿Todo bien? ¿Continuamos o queda como una introducción? De hecho, todos estos discursos son así, nunca dicen nada, siempre queda un capítulo abierto. Esto aquí es una novela que no termina. Usted se depara con la flecha en la bifurcación, que dice: “Todo es ilusión”. Entonces, para entender la ilusión, se necesita un poco más de ilusión.
Participante: Aquí la flecha dice “vuelva”; no es para la derecha ni para la izquierda.
Marcos Gualberto: ¡Este Trabajo es sorprendente! ¡Cómo es de fascinante la Verdad! Cuanto más usted se aproxima, más percibe que no hay distancia, así que nunca sabe si Eso está cerca o si sigue estando lejos.
Participante: La sensación es que está lejos.
Maestro Gualberto: La mente dice que está lejos. Entonces, llego yo y le muestro la flecha, la indicación, y ahí está escrito: “¡Todo es ilusión!”. Para entender esta ilusión, es necesario un poco más de ilusión. Usted puede preguntar: “Al final, ¿qué es lo que usted dice? ¿Qué es lo que acaba de decir?”. Ustedes creen poder llegar aquí y tener la Verdad. ¡No pueden! Pueden llegar aquí y tener un poco más de ilusión, la cual se pondrá sobre la mesa para servirse. Un poco más de ilusión para que usted deje la ilusión. Ustedes realmente no creen, pero pueden creer que lo que estoy diciendo es Verdad. Sin embargo, si se dice algo, no es la Verdad. Si algo puede expresarse, está dentro del tiempo, dentro de lo conocido.
Así que, el propósito aquí no es encontrar, en estas palabras, la Verdad. El propósito de este encuentro es constatar la Naturaleza de la Verdad, que es lo Desconocido. Así, la Verdad no está en el tiempo, no está en las palabras. Lo siento mucho… Por eso es que mi énfasis está en la Meditación y no en el estudio. Yo podría pedirles a ustedes que estudien el Vedanta, los Upashinads (libro sagrado de la India), la Biblia, los filósofos griegos, el Curso de Milagros, o algún otro libro, otra escritura, pero la Verdad no está ahí, no está en la palabra, no está en lo que se dice.
Entonces, cuando digo que este es un encuentro en el que, para ver la ilusión, es necesario un poco más de ilusión, estoy diciendo que estas palabras o este encuentro con el profesor, al que llaman Gurú o Maestro, también ocurren en la ilusión. Esto es como un encuentro en un sueño, en el que una persona le comunica muchas cosas. Entonces usted despierta y descubre que todo lo que él decía estaba relacionado con el sueño, servía solamente dentro del sueño. Es decir, esta persona estaba en el sueño hablando acerca del sueño. Aquí estamos haciendo algo similar.
Marcos Gualberto: Su observación es interesante. No es lo que se dice, sino de donde viene eso que se dice, esa comunicación. De ahí la belleza y la importancia de este espacio llamado Satsang, que es el encuentro con la Consciencia, en la forma del profesor, del Maestro. Esto es algo fuera de la mente puesto en un lenguaje dentro de la mente. Las palabras están en la mente, la Realidad está más allá de la mente. Entonces, encontrar al Maestro es aceptar la enseñanza en el “sueño”. Esto aún está en la ilusión, pero hay un encuentro. Por eso dije que para comprender Lo que está fuera de la ilusión se necesita un poco más de ilusión, para que usted aplique esto en sí mismo, investigue el asunto del “conocimiento”, y una vez hecho esto, atraviese la ilusión.
Así, las palabras nunca transmiten algo esencialmente verdadero, pero sí son una forma de usted, como aspirante a la Realización, investigar en sí mismo lo que es dicho aquí e ir más allá. ¿Las palabas son útiles? Sí, son útiles. ¿Aún estando dentro de la ilusión? Sí. Sin embargo, las palabras aún están dentro de la ilusión, yo sé, por eso no son en última estancia verdaderas. Aún así, habiendo el acogimiento, la confianza y la aceptación de esta “enseñanza” del Gurú, del Maestro, en razón de la fe y de esta confianza, puede ocurrir un Trabajo real. ¿Ustedes entienden esto?
Así, a pesar de no estar abordando la Verdad en las palabras, la Autorrealización ocurre, y a partir de este momento, la enseñanza del Gurú, del Maestro, deja de ser necesaria. Esto porque ahora usted sabe que ninguna enseñanza era verdadera, pero usted necesitaba la “canoa” para atravesar el “lago”. Luego de atravesar el lago, usted no se coloca la canoa a sus espaldas y se va con ella, pues ya atravesó el lago. ¿Entienden esto? Este “lago de la ilusión” requiere “la canoa de la ilusión”. Estando del otro lado, se percibe que no hay lago, por lo tanto, no hay orilla del lado de acá ni del lado de allá, ni tampoco canoa.
Esa es la belleza de la Presencia del Gurú, del Maestro. Solo él puede mostrarle la Verdad de que él no es real, que cualquier conclusión que usted haga al respecto será falsa, aún basada en la mente. Algunos viven en este debate: “¿La Presencia del Gurú es necesaria?, ¿es Real?”. Yo concuerdo cuando dicen que no es necesaria, pero, en mi visión, no es necesaria solo cuando ya no hay ilusión. Mientras haya ilusión, toda forma especial de ilusión se hace necesaria. Hay ilusiones e ilusiones: ilusiones especiales o especializadas (por ponerlo así) e ilusiones no especializadas.
Las ilusiones no especializadas son las de la vida mundana. La ilusión especializada es la de la inclinación del corazón del devoto al encuentro con lo Divino. Aún es una ilusión, pero es una ilusión que solo la Gracia Divina puede revelar como tal. Antes de esto, toda conclusión no es más que especulación intelectual, y por tanto, egoica. Así, en este sentido, yo concuerdo con quienes dicen que el Gurú es necesario, como decía Ramana. “El Gurú siempre será necesario”, decía Ramana.
Aquí es necesario que usted esté ante la revelación del Sabio, de la Consciencia, de la Presencia, de Lo que está fuera del tiempo psicológico, de la mente psicológica, de la egoidentidad. El Gurú es la Consciencia expresándose en una forma visible y audible, en este “sueño” de mundo, en el cual usted cree vivir como una persona. Todo esto termina cuando la ilusión termina. Cuando se llega al otro lado, se descubre que no hay lago, ni orilla, ni canoa, ni enseñanza, ni Gurú. ¡Todo era solamente un sueño y terminó!
Transcrito de un discurso en un encuentro online, el 11 de mayo de 2020. Para más información sobre nuestras reuniones, haga clic aquí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Compartir