lunes, 3 de agosto de 2020

¿Qué significa la devoción?

La devoción es la alianza con la Verdad, con la Realidad. A veces, ustedes me comentan: “Yo no tengo devoción”. Su problema no es la falta de devoción, de esa alianza con la Verdad. Su problema es no examinar la presencia de la ilusión en sí mismo. Olvide el asunto de la “alianza con la Verdad”, de la “devoción”, y vea en usted qué es falso, qué está ocupando el lugar de esta alianza con la Verdad.
La devoción no es algo que se alcanza subiendo unas escaleras. Si usted comienza a observar cuánto es deshonesto con “ser feliz”, descubrirá lo que está faltando. “Ah, yo no tengo amor por Dios, alianza con la Verdad, devoción… ¿Qué hago, Maestro?”. Vea lo que los pensamientos producen en su cabeza para mantener, deshonestamente, esa cuestión de ser feliz.
Usted está siguiendo sus pensamientos, está buscando lo que el pensamiento desea, no está viendo que eso no le va a hacer bien. Eso es la base de esa persona infeliz que usted es. Esa “persona infeliz” está moviéndose en busca de algo y ese movimiento está siendo producido por la infelicidad. Así que, ¡observe eso!
Lo primero, en cuanto a la devoción, es dejar de ser infeliz. Recuerde: devoción es alianza con la Verdad y usted no está siendo verdadero consigo mismo, está siguiendo los pensamientos. Su contacto con usted mismo es el contacto con la devoción. No se preocupe con la cuestión de amar a Dios, de hacerlo feliz… ¡Él ni siquiera está interesado!
Las personas me escriben: “¡Haz de mí un gran devoto!”. Esto a Dios lo aburre mucho, encontrar “grandes devotos”, ¡que incluso disputan por quién es el más devoto entre ellos! Dios no quiere que usted sea un gran devoto, sino que sea honesto consigo mismo, que vea la vida con una visión inteligente, y usted solo logra esto cuando observa cuan locos son sus pensamientos, que lo único que están produciendo en su vida es sufrimiento.
Entonces, antes de preguntarse qué es devoción, usted primero necesita descubrir lo que es falso en usted y descartarlo. Descarte en usted sus deseos, sus sueños, sus objetivos personales… ¡Observe y descarte esto! ¡Así quedará sin nada internamente y descubrirá una Alegría que no necesita de nada externo! ¡Eso es la devoción que Dios aprecia! Cuando usted es feliz, ¡es un devoto! Si está afligido, con miedo, preocupado, deseoso, usted no sabe qué es devoción. Si hay ilusión, no hay devoción; si hay apego al “sentido de persona”, con sus deseos, anhelos, objetivos, proyectos y miedos, no hay devoción.
Usted puede ir al templo, llevar flores, rezar, ser caritativo, hacer muchas cosas buenas, pero si internamente está infeliz, es la señal de que usted no es un devoto, porque el devoto no es infeliz. El verdadero devoto está feliz en Dios, así que él no tiene deseos, ¡no está buscando nada externo!
Devoto: Pero ahí ya no es más un devoto, es un Ser Realizado.
Marcos Gualberto: El verdadero devoto es el Sabio. ¡Ese es el punto! Lo que estoy diciendo, Ramana también lo dijo.
Devoto: ¿No es posible algún nivel de devoción antes de ser Sabio?
Marcos Gualberto: Para empezar en un nivel más bajo, usted debe comenzar por sí mismo. Abandone sus proyectos, sueños, deseos, pensamientos, creencias en sensaciones, emociones, experiencias… El nivel más bajo para la devoción es abandonar la mente, el sentido del “yo”.
Devoto: Cuando hacemos eso, surge una Alegría simple y ya no necesitamos nada más.
Marcos Gualberto: El movimiento de la mente es de confusión. Cuando no hay ese movimiento, usted da el primer y el último paso para entender qué es devoción.
Transcrito de un discurso ocurrido el 04 de abril de 2020, en un encuentro abierto online. Para más información sobre nuestras reuniones, haga clic aquí.

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