lunes, 29 de junio de 2020

¿Cuál es la verdad sobre el tiempo?

Devoto: Maestro, ¿cuál es la verdad sobre el tiempo?
Marcos: el tiempo es algo que está en el mundo de la mente. La mente siempre vive en el tiempo: o está en el pasado o está en el futuro o cree estar en el presente. Este tiempo es una distancia ficticia creada por la imaginación de que algo sucedió en la mañana o de que algo sucederá después del almuerzo. Para llegar a este “algo que sucedió en la mañana” o a este “algo que, posiblemente, sucederá después del almuerzo”, es necesario un elemento: imaginación. Sin imaginación, sin pensamiento; sin pensamiento, sin tiempo. Sin imaginación, no hay imagen, no hay objeto, no hay pensamiento y, por lo tanto, no hay tiempo.
Entonces, ¿qué es el tiempo? El tiempo es el movimiento ficticio que la imaginación mantiene como realidad a través del pensamiento. Aquí, estamos lidiando solo con un fenómeno, llamado “pensamiento”. En realidad, ¡no existe el tiempo psicológico! Psicológicamente hablando, ¡no hay tiempo! El único tiempo que tenemos es el cronológico, el tiempo para los fines prácticos en este mundo de sueño que llamamos “vida humana”. Este tiempo también se determina por la distancia entre los objetos.
Cuando se observa la línea del horizonte en la mañana, en algún momento aparece el sol. La impresión que se tiene es que este comenzará a subir y después se pondrá. Del nacimiento a la puesta del sol, todo está sucediendo. Todo está sucediendo entre distancias en el espacio, en el movimiento entre los objetos. Ese es el tiempo que conocemos: el tiempo del reloj, el tiempo cronológico. Pero, también hay el tiempo ficticio sustentado y mantenido por el pensamiento. ¡Eso es lo que la imaginación hace! Ese tiempo psicológico es el tiempo de la “persona”. Usted, en su Estado Natural, no le da importancia a la imaginación.
Devoto: Pero, ¿la imaginación aún aparece en el Estado Natural?
Marcos: La vitalidad de la imagen que el pensamiento forma necesita ese movimiento. Eso se llama “imaginar”. Esto pierde el propósito completamente cuando usted está en su Estado Natural. ¡Solo el Ahora es suficiente! ¡Solo el Ahora es Real! ¡Esto siempre es así! Entonces, este movimiento de pasado y futuro, así como de ideas sobre el presente, es típico de esa vitalidad que la imaginación da al pensamiento no observado. Todo pensamiento es solamente un objeto.
Devoto: ¿Cuál es la diferencia básica entre imaginación y pensamiento?
Marcos: La imaginación es la vitalidad del pensamiento. El pensamiento es solo un objeto.
Devoto: ¿Podría decirse que en la imaginación hay tiempo y espacio, y en el pensamiento no?
Marcos: Sí. El pensamiento es solo un fenómeno de presentación del objeto. La imaginación es el movimiento de este objeto en un espacio ficticio. Esta es la vitalidad de la imaginación.
Su pregunta fue: “¿Existe la imaginación en el Estado Natural?” En el Estado Natural, lo importante es lo práctico, lo que tiene realidad, y esto está fuera del movimiento subjetivo de la imaginación, del pensamiento. Aunque el pensamiento, como algo práctico, pueda aparecer como un objeto, este ya no es un elemento que mantiene una identidad presente en la experiencia, que es lo que hace la imaginación.
La mente egoica vive en constante movimiento. Perciba cuál es su tendencia durante el paso del día: o usted está recordando algo o se está anticipando a algo (psicológicamente hablando). Este es el estado no natural de ser, es el estado mental de existir. Este es el movimiento de esa identidad falsa. Esta vive y se perpetúa en el tiempo, así, está siempre en el pasado, el cual es memoria, o en el futuro, el cual es anticipación, deseo. Siempre está a la espera de algo, por lo tanto, vive anticipando las cosas buenas, y las malas, temiendo. Vive en un mundo subjetivo. La “persona” no es más que una creencia que usted tiene sobre sí mismo. ¿Y quién es el que tiene esa creencia sobre sí mismo? ¡Estamos hablando solamente del pensamiento! No hay un elemento teniendo nada sobre sí mismo, ¡porque un elemento imaginario no existe!
Al hablar de imaginación, no estamos hablando de una energía especial proveniente de una entidad. No estamos diciendo que hay una entidad que, consciente o inconscientemente, imagina. Estamos hablando del propio movimiento natural del pensamiento no observado. Si el pensamiento puede ser observado, esto es señal de que el pensamiento no es Usted, entonces, su movimiento se puede detener. En otras palabras, la imaginación se puede quebrar y, cuando esto pasa, no hay espacio para el movimiento del “yo”, porque esta identidad falsa vive solo en la imaginación.
Por lo tanto, ¡el pensamiento no es el problema! Este solo es un “enemigo” cuando está al servicio de la imaginación. Pero, sin imaginación, el pensamiento es solo pensamiento. Así, este pierde la importancia, y naturalmente desaparece.
¡La Vida ocurre ahora! No hay vida en el pasado ni en el futuro. ¡Todo está pasando ahora! El desayuno está pasando ahora; la cena también. Usted se pregunta: “¿Por qué no los veo?”. ¿Quién puede ver esto? ¿Quién puede ver el desayuno o la cena? ¿Quién puede ver la mañana o la noche? “¡Yo!” ¡Imaginación! Y con la imaginación, el desayuno, la cena, la mañana o la noche. Entretanto, ¡la Vida no está en ese movimiento imaginario! La Vida está ahora, así que, ¡todo está ahora!
¿Cuándo nació usted? “En 1900 y tantos”… ¿De qué está hablando? Usted está usando la misma línea de imaginación que usa para hablar del tal desayuno, que sirve también para hablar de la cena y la noche. Pero, ¿dónde está todo eso?
La naturaleza de la mente egoica es movimiento. Al hablar de mente egoica, nos estamos refiriendo al movimiento de pensamiento que mantiene el sentido de tiempo y espacio y, por lo tanto, de separación. La mente egoica tiene, naturalmente, este movimiento de continuidad psicológica o, en otras palabras, el elemento “imaginación”. Para poder mantenerse en este movimiento, la mente egoica da a sí misma un nombre, y este es el objeto principal y primordial de este proceso. Se llama a sí misma “yo” y dice que nació en 1900 y tantos. Dice que desayunó, dice que va a cenar en la noche, dice que va a morir… Esto está dentro del proceso imaginario que llamamos “mente egoica”, que no es más que un simple movimiento de pensamiento al que aquí llamamos “imaginación”.
Entonces, ¿qué es el tiempo? Una idea, un concepto, una creencia, un pensamiento. En el Estado Natural, ¿hay imaginación? ¡No! El Estado Natural es la Libertad de Ser lo que, de hecho, Usted es, y solo puede ser Ahora, por lo tanto, la imaginación es dispensable. Pero, para el “yo” que se imagina siendo el objeto primordial en este proceso de imaginación, y que necesita crear tiempo y espacio, ¡la imaginación lo es todo! Sin la imaginación, el “yo” no está.
Así que, aquí llegamos a un punto: mientras que el sentido del “yo” – que no es nada más que esa idea de ser “alguien” – esté presente, la ilusión del tiempo estará presente. Estamos hablando del tiempo psicológico, en el cual “usted” es una supuesta entidad que se mueve en un mundo imaginario alimentando el sufrimiento. Sufrimiento presupone conflicto con lo que es, con lo que se presenta aquí y ahora.
Así, este elemento necesita de la imaginación para mantener el conflicto, el cual es sufrimiento. Una vez que termine este movimiento psicológico, imaginario, el sufrimiento también termina. Mientras que este elemento “yo” esté presente, el movimiento de alejarse de este instante (imaginariamente, psicológicamente) estará presente y, por lo tanto, el sufrimiento continuará presente.
Transcripción de un discurso realizado en el Retiro de Carnaval, en la Isla de Itamaracá - Pernambuco, el 25 de febrero de 2020. Para más información sobre nuestras reuniones, haga clic aquí.

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