domingo, 11 de abril de 2021

¡Salga del asiento del conductor!

Su deseo básico es que el mundo no sea pesado y hostil con usted. Usted quiere un mundo que lo comprenda, estar rodeado de personas que lo comprendan, y parece que el trabajo de estas personas es ser buenas con usted, hacerlo feliz. Usted se comporta como un conductor al volante que tiene que conducir un auto; usted aplica eso a la vida y no funciona. El conductor tiene que guiar el coche, de lo contrario no llegará a su destino. Usted se siente así en la existencia: sentado frente al “volante”, teniendo que usar su conocimiento para “conducir el automóvil”. ¿Será esta la forma?
Entonces, usted viene a Satsang y yo le digo: “¡Salga del asiento del conductor! Tome cualquier otro asiento en el automóvil, ¡pero salga del asiento del conductor!”. Para usted, el automóvil no se moverá así, o, si lo hace, tendrá un accidente, porque a fin de cuentas no será usted quien conduzca. Pero cuando usted viene a mí, lo primero que trato de mostrarle es la importancia de no confiar en usted mismo, y eso se opone a todo lo que usted ha aprendido y aún aprende por ahí, porque todos lo estimulan, todos le dan autoestima. Yo no le doy autoestima, mi discurso no tiene ese propósito, no le da confianza, certeza, seguridad, ni dice que usted tiene el control. Entonces, ¿qué está haciendo ahí al “volante”?
Aquí, si usted sale del asiento del conductor, si suelta el volante, deja de ser el “guía” de sus experiencias, de su existencia, el que conduce y sabe a dónde va. Al no estar en el “asiento del conductor”, usted descubre lo que yo he llamado Meditación. La Meditación es dejar de guiar, conducir, dirigir su “vehículo”, sus experiencias, sus conveniencias e inconveniencias, sus proyectos, sus sueños, y también dejar de intentar alejarse de las desgracias, las vicisitudes, las adversidades. Mientras que usted crea que está conduciendo este “vehículo”, esta vida, esta existencia, lo único que experimentará será decepción, porque las cosas nunca sucederán como usted espera, desea, proyecta, anhela.
Usted no va a llegar al destino, porque este es una proyección ideológica, es decir, existen ideas detrás de su supuesto “destino”. Solo al dejar el “asiento del conductor”, usted descubre que la Vida no lo necesita. Es absurdo, lo sé... Usted viene a Satsang y descubre en mis palabras la oportunidad de la intrepidez, lo que significa enfrentarse a lo que surge, sin miedo, incluso viendo toda la inseguridad a su alrededor. Llega una voz y dice: “Salga del ‘asiento del conductor’, usted no puede conducir ‘su auto’”.
Yo sé que esto suena loco, porque se opone a todo lo que usted ha escuchado hasta hoy, pero cuando usted sale del "asiento del conductor", descubre que la Vida puede dirigirse por Sí sola. En realidad, la Vida siempre ha estado en la dirección, nunca ha dejado la dirección en sus manos. De hecho, sus manos nunca han estado en el volante. Usted nunca ha estado sentado en el lugar que cree estar, guiando, conduciendo y controlando.
¡Bienvenidos a Satsang! ¡Este es el encuentro con el Amor! Sí, el encuentro con el Amor, y el Amor no tiene agenda, no sabe si es septiembre, octubre, noviembre... ¡Lo único que el Amor tiene por hacer es quemar todo! Usted sabe que el fuego lo quema todo, pero no se quema a sí mismo; es el Amor. Usted tiene miedo de asumir este Estado Natural de Sabiduría que representa no tener el control, no intentar conducir las experiencias. ¡Usted se asusta tan solo con escuchar sobre la posibilidad de no controlar absolutamente nada! Pero este miedo no es más que falta de investigación, porque, en el fondo, ¡usted nunca ha controlado absolutamente nada! Así que el asunto de “cambiar de marcha, tomar las curvas, mirar por el retrovisor y hacia adelante” nunca tuvo lugar realmente. ¡Usted nunca estuvo allí! Así que no tiene que asustarse con el acogimiento de la Verdad, de la Sabiduría; no tiene que asustarse cuando alguien le dice: “Apártase de ese volante imaginario”.
Para mí, lo realmente importante no es escuchar acerca de Esto, ¡sino vivirlo! La Vida es un evento que ocurre por sí solo, nadie lo dirige. La Vida se entiende en este Amor que todo lo quema, pero que no se quema a Sí mismo, como el fuego. Cuando usted está disponible para el Amor, cuando está dispuesto a dejar de confundirse con el absurdo de creer que está en el control, en su capacidad de guiar y conducir, entonces la Vida se vuelve Magia.
Pero esto no es como la magia que hace al elefante desaparecer del escenario o a la carta oculta revelarse tras la presentación del mago. Yo hablo de una Magia que no nace de una estrategia ilusionista, no es un truco de ilusionismo. La Vida se vuelve Magia en este Amor Extraordinario, el cual es el Fuego de la Consciencia Divina. La Vida se vuelve Magia de una manera que la mente nunca podría soñar ni el más grande ilusionista producir. La Vida no es un truco, es un Misterio, en el que hay una Magia. La Vida fluye y usted no sabe y nunca sabrá a dónde lo llevará, porque es Ella misma la que se conduce.
Usted es la Vida, no es un conductor uniformado conduciéndose a sí mismo y a los demás a alguna parte. El hecho es que le damos tanta atención a estas creencias mundanas, como esta, tan común a todos, de poder guiar, conducir, controlar, que, en lugar de encontrar la Belleza de este Misterio, la Belleza de este Fuego que quema todo salvo a Sí mismo, la Magia de la Vida, estamos sobrecargados de miedo y de muchos cuidados. Así que no hay Sabiduría, porque no hay Verdad, y no hay Verdad porque usted no abandona la creencia de que puede controlar.
No estar en la dirección, en el control, en la condición de ilusión de conducir, es a lo que he llamado Meditación Real. La Meditación es no controlar, guiar, conducir sus experiencias. Esta falsa interpretación puede parecer un malentendido, incluso inocente, pero tiene una consecuencia gravísima. Todo su peso existencial, toda la falta de levedad, está en la tentativa imposible de guiar, conducir y controlar. Lo preciso es el final de los intentos fútiles, inútiles e innecesarios de que las cosas salgan bien. Esto es la causa del miedo, esto es la falta de confianza, la falta de entrega, la Meditación. Lo preciso para esto es vivir sin pensar, vivir sin pasado ni futuro —que es lo que produce el pensamiento— y sin las figuras que usted tiene a su alrededor, a las que siempre intenta agradar.
Transcrito a partir de un discurso en un encuentro online, realizado el 19 de octubre de 2020. Para más información sobre nuestras reuniones, haga clic aquí.

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