domingo, 15 de agosto de 2021

¿Es necesario un Gurú?

Todo el debate sobre si es o no necesario el Gurú, sobre si es o no necesario trabajar por esta Realización, es muy controvertido. Sin embargo, la cuestión de la necesidad del Gurú es una cuestión que no debería debatirse nunca, porque es completamente errónea. La cuestión del trabajo, en cambio, sí podría ser debatida. La necesidad del trabajo se puede cuestionar, pero no la necesidad del Gurú. Este es el error: no hay nada que cuestionar sobre la necesidad del Gurú, porque no hay nada que cuestionar sobre la necesidad, o no, de Dios.

Si nos cuestionamos la necesidad del trabajo, asunto que es susceptible de ser cuestionado y debatido, y descubrimos que sí hay la necesidad del trabajo, queda muy claro que el Gurú es imprescindible. En primer lugar, tenemos que entender qué es el Gurú para ver el error en preguntarse si este es o no es necesario.

Así que, ¿qué es el Gurú? ¿El Gurú es una forma humana? ¿El Gurú es una persona, alguien? ¿El Gurú es una autoridad?

¿Qué es el Gurú?

Hablar de un Gurú interior es intentar, en el patrón del pensamiento, crear este interrogante, este debate, porque cuando se habla de un Gurú interior —lo que en realidad es solo enunciar una teoría, un concepto, una creencia— se está abriendo campo para la ilusión de que hay un Gurú exterior, un Gurú con una forma, la "persona" en la forma del Gurú.

¡No hay nada que debatir al respecto y no hay ningún Gurú! Solo hay Dios y Dios es la gran necesidad, ¡la única necesidad! ¡Dios es la naturaleza del Ser! ¡Dios es la única necesidad real! ¡Dios es el Ser! No se puede prescindir del Ser. No se puede prescindir del Gurú. El Gurú no es una enseñanza, no es una práctica, no es un maestro. El Gurú es la Conciencia, la Verdad, Dios. El Gurú es tu Verdadera Naturaleza y no puedes prescindir de lo que ERES.

Tu única certeza es que estás ahí. Así que tu única certeza es que el estar aquí y ahora no se puede descartar. ¡Eso es el Gurú! Esto no es una cuestión interna o externa, sino de la Naturaleza del Ser, de la Verdad. Por lo tanto, ¡no es un tema de debate! No es posible cuestionar la necesidad del Gurú, la Verdad del Gurú, la Verdad de tu Ser. Lo que sí se puede hacer es investigar la naturaleza del trabajo.

¿Cuál es la naturaleza del trabajo en dirección a este Despertar? ¿Cuál es el valor o la importancia de esto? Si el trabajo no fuera necesario, ya habrías descubierto ESTO por tu cuenta.

No podemos discutir la necesidad, o la no necesidad, del trabajo para el Despertar... ¡Esto lo podemos discutir y al mismo tiempo no lo podemos discutir! Podemos enredarnos en esta discusión y llegar a una conclusión, la de que el trabajo no es necesario para el Despertar. Pero esta conclusión presenta una evidente carencia de investigación, porque en una investigación clara se ve la verdadera necesidad del trabajo, pues sin él se continúa igual. El trabajo para el Despertar es una necesidad real. Así, al descubrir la verdadera necesidad del trabajo, queda muy claro que el Gurú es indispensable.

Es como padecer una enfermedad y no tener los conocimientos necesarios para tratarla; es como intentar ignorar la enfermedad, cerrar los ojos ante el malestar y el dolor que genera, y decir: "no hay enfermedad", porque el médico dice que no hay enfermedad. El médico puede decir que no hay enfermedad, puede intentar no nombrarla, no hablarte de la enfermedad, no acentuar la creencia en la enfermedad, pero él es el médico y no tú. Siendo que tú sientes el dolor, los síntomas y el malestar, no puedes decir que no hay enfermedad. Esto sería negarte a ti mismo la posibilidad de tratamiento, de atención médica, que es lo que haces cuando dices que el Gurú no es necesario. Cuando el Gurú no es necesario, tampoco es necesario ningún trabajo; cuando el médico no es necesario, tampoco lo es el tratamiento. Sin embargo la enfermedad persiste. Aunque no quieras verla, está ahí; aunque no quieras sentir los síntomas, estos están ahí; aunque no quieras sentir el dolor, el dolor sigue ahí.

Teóricamente, o intelectualmente, puedo prescindir del Gurú. Puedo tener una respuesta muy clara a la pregunta de si este es necesario o no, y esa respuesta puede ser muy clara intelectualmente. Es como en la no necesidad del médico, en la que el cuerpo sigue enfermo, necesitando tratamiento, pero "descarto la necesidad del tratamiento y del médico". Eso es lo que se ha venido haciendo… Así, "si el médico no es necesario, el tratamiento que me prescribe tampoco lo es". Así que, "si el Gurú no es necesario, el trabajo que él me propone tampoco lo es”. Pero todo sigue igual... Todo sigue igual.

Los innumerables argumentos que puedes utilizar para defenderte del "tratamiento" —que es el trabajo— y para defenderte de quien lo va a realizar —que es el médico, el Gurú— pueden ser bastante claros, contundentes, pertinentes, lógicos, razonables, y aun así no solucionarán nada... El problema seguirá ahí. Es solo cuestión de tiempo y tarde o temprano el dolor estará ahí, los "síntomas" estarán ahí, la "enfermedad" se hará cada vez más y más evidente.

Por lo tanto, entrar en debate sobre estas cuestiones es completamente inútil. ¿Quién haría tal cosa en su propio ego, si el médico siempre está dispuesto a atender a su paciente? El médico tiene la habilidad, la capacidad, la experiencia y los conocimientos necesarios para atender al paciente, pero no está para convencerlo de que está enfermo. ¿O sí? ¿Has visto a un médico ocuparse de eso? ¿Intentando convencer al paciente de que está enfermo? El médico se limita a esperar a que le digas lo que sientes y no está interesado en explicarte lo que sientes, eso es asunto tuyo. Su interés es tratarte, liberarte de los síntomas y de la enfermedad. Por lo tanto, entrar en el interminable debate de si se necesita o no un tratamiento, con alguien que no está sintiendo los síntomas de una enfermedad, no sirve de nada.

¿Crees que este trabajo que ocurre a mi alrededor es para los que están bien o para los que están mal? ¿Es para los enfermos o para los sanos? ¿Crees que el médico viene por los enfermos o por los sanos? Con el Gurú es lo mismo... ¡El Gurú no sirve para nada! Es como el médico, que solo sirve para los enfermos. El médico es maravilloso para el enfermo, porque alivia su dolor, pero para el que está sano no sirve de nada. Para el que está sano, el médico es solo un amigo; no un especialista, ni una ayuda, sino solo un amigo. Si no puedes ver al Gurú, es solo un amigo más, y como amigo es inútil.

Por eso te dije: no sirve de nada que vengas a visitarme en días normales, porque no quiero ser tu amigo; no soy amigo de nadie. Soy un "médico" que atiende pacientes. Si sientes dolor, ven, pero si no lo sientes, ¡aléjate! No tengo nada que ver con amigos. Sí tengo algo que ver con los buscadores de la verdad, con los que están "ardiendo" por Dios. No trato asuntos de política internacional, como "¿Cómo le va a Estados Unidos?"; "¿Qué va a pasar ahora, con el nuevo presidente?” No trato asuntos de fútbol, como el campeonato de Paraíba, Pernambuco, Río de Janeiro o Brasil. No tengo asuntos políticos que tratar contigo. No sé ni tengo interés en saber de economía, música o arte. Mi interés contigo es comunicarte a Dios, ayudarte a superar la ilusión de sentirte un "yo" separado, una identidad separada.

Ahora, si no sientes esto, eres como el paciente que no siente nada. ¡Para el médico no eres un paciente! Imagina ir al médico y decir: "Estoy aquí, doctor"; y el médico te dice: "Bien, ¿qué pasa?" y tú le dices: "No lo sé". Entonces el médico pregunta: "¿Cómo es que no lo sabe? ¿Está bien?"; tú respondes: "¡Estoy bien!". El médico pregunta: "¿Qué quiere decir? ¿A qué se refiere con que está bien?”; tú respondes: "¡Estoy bien, estoy bien!". Vuelve a preguntar: "Pero entonces, ¿para qué ha venido aquí?"; tú respondes: "Para nada. ¡Pasaba por aquí y vine a tomar un café con usted! El médico dirá: "Mire, discúlpeme, pero afuera hay pacientes esperando ser atendidos. No tengo tiempo para tomar un café con usted; déjelo para otro momento. Si me apetece tomar un café, se lo haré saber y tomaremos un café juntos. Pero ahora tengo una fila de personas esperando que las atienda.

Si no lo sientes, no tiene sentido ir al Gurú, de hecho, no ves al Gurú. ¡No lo necesitas! Ya eres un Gurú para ti mismo, ya eres tu propio Maestro, te estás cuidando a ti mismo y no necesitas tratamiento... ¡Estás bien! Así que ¿qué vienes a hacer aquí? No soy tu amigo, no quiero tomar café contigo, pero sí quiero saber qué sientes. Ahora bien, si vienes a decirme: "¡No siento nada! Soy la Conciencia, la Felicidad, el Amor, la Paz…” ¡Maravilloso! Qué bueno saberlo… ¡De maravilla! Es bueno saber que estás ahí. ¡Pero ahora la fila avanza y hay que atender al siguiente! Te pido permiso, porque hay otro que piensa, siente o cree que no es eso; tú crees que eres eso y el otro no. Así que uno tiene una creencia y el otro tiene otra, pero ambos están creyendo algo. Qué bien que creas que todo está bien. Viniste, te sentaste aquí, pero descubriste que solo viniste a tomar un café. No puedo ofrecerte un café, porque no tengo tiempo para un café contigo. Podría recetarte un tratamiento si sintieras que lo necesitas, pero como no es así…

¿Entiendes lo inútil que es esto? Ahora lo entiendes, ¿no? Así que, ¿qué es lo que hago yo? Tú te sientas, ocupas el lugar del otro y yo digo: "¡No! ¡Con permiso! No tengo asuntos personales". Ya voy apartándote, desocupando la “silla”…

Transcrito a partir de un discurso en un encuentro online, realizado el noviembre de 2020. Publicado por primera vez en portugués el 10 de febrero de 2017. Para más información sobre nuestras reuniones, haga clic aquí .

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