domingo, 3 de enero de 2021

Mi propuesta es el Estado libre de ego

El pensamiento crea la ilusión de que está resolviendo, haciendo, aceptando o rechazando. El pensamiento, en sí, es solo un fenómeno existencial, una aparición como cualquier otra. Sin embargo, este se separa como el que dirige, como el que escoge, como el que tiene intenciones, como el que hace, como el que puede o no puede. Entonces, el pensamiento se separa entre sujeto y objeto. El objeto es lo que él hace, lo que conquista, lo que realiza, lo que puede y lo que no puede hacer. El sujeto es la ilusión de una entidad en la experiencia. ¡Este movimiento es completamente falso! Comienza y se perpetúa en la ilusión, no tiene fin. ¡Es resistencia!
Mi propuesta es el Estado libre de ego, la Vida con el pleno derecho de Ser, sin la vanidad, presunción y arrogancia de la mente, lo cual es resistencia. Usted entrega esta resistencia cuando entrega su ego. No hay ego sin resistencia y no hay resistencia sin ego. Lo que llamamos “ego” es solo una entidad supuesta, luchando y resistiéndose a la Vida tal como se muestra, tal como es. Así, el final de esta resistencia es el final de la ilusión de esta entidad; cuando llega el fin de la resistencia, llega el fin de esta entidad.
Ustedes dicen: “¡Yo arrojo mi resistencia a tus pies!”, pero no preguntan: “¿Qué es eso?”, “¿Donde están tus pies?”, “¿Qué es esta resistencia?”, “¿Dónde están los pies del Señor, de la Verdad, del verdadero Gurú?”. ¡Los pies son la Vida! ¡Es en esta que usted arroja y se deshace de la resistencia!
La otra pregunta es: “¿Qué es deshacerse de la resistencia?”, “¿Qué es arrojar la resistencia?”. ¡Acogimiento! ¡Deje de escoger! Así, ¡usted dejará su futuro, se librará de su pasado y no habrá más “usted”! Esta es la forma legítima de acoger. Entonces, arrojarse es deshacerse de sí mismo en la Vida; es la resistencia lanzada a los pies de la Vida. Esto significa desistir de ser “alguien”. Significa asumir el riesgo de perder lo que usted cree poseer, lo que cree conservar, lo que cree mantener, lo que cree controlar, lo que cree poder o no poder hacer…
Todos quieren ser “alguien”. Ustedes no ven cuánto miedo hay en eso, lo pesado que es estar en el control, lo pesado que es resistirse y mantener el “ser alguien”. Ya les dije esto otras veces: estar en el recuerdo de Sí mismo y dejar de ocuparse con pensamientos. ¡Noten que esto no requiere esfuerzo! Pero ustedes logran hacerlo más difícil, más trabajoso, más estresante, lo cual produce más miseria —de hecho, es lo único que produce miseria—, pensar, envolverse en el olvido de Sí mismo. Ahora usted sabe: el recuerdo de Sí no es posible cuando está el pensamiento, porque este es precisamente el olvido de Sí mismo.
Cuando ustedes quieren resolver una situación, piensan. ¿No es así? Ustedes me dicen que tienen un asunto práctico que resolver, entonces necesitan pensar. ¡Pero lo que descubrí, durante este contacto con mi Maestro, es que es exactamente lo contrario! Yo descubrí que, cuando dispenso el pensamiento, algo se mueve, pero no soy yo y, por ende, no es fruto de la resistencia, no es fruto del control, no es fruto del deseo de que sea “a mi manera”. ¡Todo esto tiene que ser visto!
Cuando usted deja de moverse, ¡la Vida se mueve! Hace poco, yo les dije qué son los pies del Señor. ¿Y qué fue lo que dije? ¡Que la Vida es “los pies del Señor”! ¡La Vida es “los pies del Sadguru”, “los pies de la Consciencia”! ¡La Vida tiene todo el poder! Entonces, es natural que cuando usted no se involucra más, ¡la Vida puede actuar! De hecho, Esta nunca deja de actuar, pero ahora usted puede verla en acción, porque su ego ya no está envolvido en eso, su control, su exigencia, su deseo, su vanidad, su arrogancia ya no están ahí… su ego ya no está ahí.
¿Perciben la dificultad? Durante toda una vida —de hecho, durante muchas vidas— ¡todo lo que usted conoce es el control! En otras palabras, todo lo que usted conoce es miedo, ausencia total de confianza en la Vida, ¡en los “pies del Señor”! Para usted, en el ego, todo tiene que ser a su manera.
¡Mi maestro me mostró que yo no tenía más vida fuera de su Gracia! Cuando usted se depara con Cristo, que es su Gurú, su Maestro, ¡usted descubre que no tiene más vida fuera de su Gracia! ¡Él es la Verdad, Él es el Sabio, Él es la Vida! ¡Entonces, usted se descarga, usted se deshace de sus cargas! ¡Esto es típico del devoto! Él no tiene mucha dificultad.
La diferencia entre el filósofo y el devoto es que el primero tiene que pensar para ser sabio, mientras que al segundo le basta sentir. El devoto dice “yo no sé, pero yo siento”; el filósofo dice “déjeme pensar sobre eso, déjeme ver las vertientes posibles, deme algo de tiempo para analizar”. El devoto dice “si sale mal, está bien, porque así lo quiso mi Señor, ¡y Él sabe!”; el filósofo dice “tengo que ponderar”. El devoto deja su resistencia, no porque divisa un resultado positivo al final, sino por pereza de confiar en un resultado positivo al final.
Así, mientras el devoto se lanza, el filósofo se queda verificando su equipo de seguridad.
Transcripción de un discurso dado en un encuentro intensivo on-line el 12 de septiembre de 2020. Para más información sobre nuestras reuniones, haga clic aquí.

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