martes, 19 de octubre de 2021

Sé consciente de tus acciones, reacciones y resistencias

Satsang es una oportunidad para que mires en tu interior, lo que ocurre allí. En la mente hay mucha confusión —este es el estado común de "la persona"—. No eres consciente de tus acciones, reacciones y resistencias. Es muy importante que veas tus resistencias, de lo contrario te mantienes preso, en la cadena de la resistencia. Ver tus reacciones es la única oportunidad de liberarte de ellas, de lo contrario continúas atrapado en ellas.

Cuando tus acciones nacen de las reacciones, son las acciones de un prisionero, y un prisionero no actúa con libertad. En el momento en que ves esto, estás fuera. Solo cuando estás realmente fuera de esas acciones reactivas, de esas reacciones psicológicas y de esa resistencia, te encuentras a ti mismo en absoluta Libertad.

Por lo tanto, es muy importante estar en Satsang. Aquí puedes investigar esto e ir más allá de la mente egoica. ¡Este momento llamado "Satsang" es precioso, es muy valioso, muy importante! Aquí, todo cae, todo se disuelve, todo desaparece. Ya no hay tensión, ni conflicto ni miedo, solo Silencio, Verdad, Inteligencia, Libertad... ¡La Libertad es lo más importante que hay!

No hay Libertad cuando se está preso. Cuando estás preso, actúas como un prisionero. Así son tus acciones y reacciones dentro de la resistencia de la vieja identidad que crees ser. La naturaleza de la mente es vivir en conflicto. Tienes todo tipo de problemas, todo tipo de sufrimiento. No puedes resolver los problemas porque, en la mente, tú eres el problema. Permaneces atrapado en esto.

Lo importante aquí es que te des cuenta de que lo que estamos diciendo procede completamente. Acciones, reacciones y resistencias: el viejo movimiento de la mente egoica. La vida en la mente es contradicción: se siente una cosa, se piensa otra, se dice otra y se hace otra cosa totalmente diferente a todo esto. ¿Es o no es así? No hay Lucidez, no hay Claridad, no hay Libertad.

*Transcripción de un discurso ocurrido en un encuentro online, realizado el 25 de enero de 2021. Publicado por primera vez en portugués el 12 de febrero de 2021. Para más información sobre nuestras reuniones, haga clic aquí.

domingo, 3 de octubre de 2021

¿Cómo ve el mundo el ser despierto?

Cuando me involucro en una actividad intelectual que requiere el pensamiento, por ejemplo, ahora, con el uso de la palabra, para la que se requiere verbalizar, no puedo ver una frase siendo formulada para expresarse; estoy tan sorprendido como tú, escucho junto a ti. Siempre estoy en el punto cero. Por ejemplo, cuando te cuento una historia, la veo surgir junto a ti. Cuando empiezo un discurso en Satsang, sé que vendrá, que fluirá. ¿Sabes cuando estás mirando el fondo de un pozo, miras hacia abajo y no puedes ver nada? Metes la mano en la cisterna para coger el agua, luego la sueltas y cae en el agua, luego la retiras y coges un cubo de agua, y luego dos, tres... así sucesivamente. Tratar con la Conciencia es algo así: no sabes a qué profundidad encontrarás agua, pero el pozo nunca está seco; tampoco sabes qué tipo de agua encontrarás.

Las personas hablan desde el conocimiento; los que son oradores aquí pueden confirmarlo. Estudias, investigas en internet, memorizas unas líneas, subrayas unas frases, y no hablas desde el Vacío, desde el No Saber, desde el Silencio. La Conciencia no es así, porque no necesita esto. La Conciencia es la Fuente. Y nunca se sabe qué va a salir de la fuente: agua dulce, agua salada, agua contaminada o agua pura. Nunca sé lo que voy a decir antes de decirlo.

Participante: ¿La memoria está en la mente?

Marcos Gualberto: Lo que usted llama mente es un depósito de información. Cuando conduces un auto, ¿qué es lo que está en acción? ¿La memoria motriz? Fíjate en que la mente es algo más que la memoria de las palabras, las imágenes y las ideas, porque también es memoria en movimiento. ¿Y dónde está la memoria? En la mente. Sin embargo, hay que entender la mente como un almacén invisible, en el que se encuentra de todo: productos en buen estado, en mal estado; cosas estropeadas, con fecha de caducidad, etc. La mente es algo así, un almacén invisible, pero con un detalle: nadie es dueño de este almacén; nadie tiene nada propio aquí. Este depósito tiene algunas subdivisiones: memoria visual, memoria auditiva, memoria emocional, etc. Este depósito, repito, no tiene dueño, pero tiene unos compartimentos que son supuestamente propiedad privada, y ahí está la persona, que no es más que memoria. Todo este depósito no es más que una aparición, sin importancia alguna, en este Espacio, que es la Conciencia.

Participante: ¿Es eso lo que da realidad a la persona? ¿Necesito el cerebro para acceder a eso?

Marcos Gualberto: Lo que le da realidad a la persona es solamente la memoria, pero de alguna manera, por una deficiencia de la máquina, esta memoria, supuestamente ubicada en ese espacio particular, presenta algunas fallas; incluso puede ser borrada permanentemente para ese organismo cuerpo-mente, representado aquí por estos espacios, y todo esto es mecánico e independiente, y sucede automáticamente. Sin embargo, la relación del Despierto con la memoria es diferente: a causa de la Conciencia, de la Presencia, en este organismo, lo que es automático y mecánico puede ser sacudido, debido a la libertad que trae la Conciencia. Sin embargo, no tienes que estar despierto, y puedes actuar como una máquina, como una marioneta en el mundo. Dios es un lujo... La Conciencia es un lujo... La Presencia es un lujo. Solo sientes la necesidad de Dios cuando te das cuenta de que no basta con este recuerdo, con esta mecánica; que no puede ser solo eso; que debe haber algo fuera de toda esta locura.

¡Aquí está la clave del despertar! ¿Cómo ve el mundo el Despierto? Él no ve el mundo. Él es el origen y el fin del mundo. Nunca está separado del origen y del fin, y por lo tanto no hay miedo... miedo a eso que la mente llama muerte. ¿Cómo puede desaparecer Aquello que crea todo, como quiere, cuando quiere? Nunca tendré la experiencia de la muerte, porque yo soy la muerte, pero también soy la vida… Yo soy la aparición y la desaparición, el Alfa y el Omega, la Conciencia jugando al despertar.

Transcripción de una charla que tuvo lugar en marzo de 2015. Publicado por primera vez en portugués el 31 de marzo de 2015. Accede a nuestra agenda y prográmate para estar con nosotros: https://mestregualberto.com. Ven a recibir un soplo de esta Gracia. Para más información sobre nuestras reuniones, haga clic aquí .

viernes, 17 de septiembre de 2021

La Relación Verdadera

Podemos llamar al contacto entre el Maestro y el discípulo una "Relación Verdadera”. Hablo de una actividad directa del Maestro con una respuesta adecuada del discípulo. Puedes intentar sortear esto, pero no obtendrás grandes resultados. La Autorrealización es algo único e irreversible. Es por eso que no puedes hacer algo para que suceda, ni es algo que construyes a tu manera.

Puedes ser autodidacta, aprender muchas cosas en la vida casi por ti mismo, basándote en las experiencias de otros, sin un maestro directo, pero cuando hablamos de Autorrealización, estamos hablando de algo totalmente diferente, que no se aprende por experiencia, es decir, no es algo que puedas averiguar cómo hacer con otros. Es como nacer: no se aprende a nacer de los demás; se nace. O naces, o no naces. No tomarás esa experiencia de nacer de otros para así nacer. Así que, en el Reino Divino, en el Reino de la Gracia, no se puede encontrar la “manera”.

Aquí en Brasil circula un dicho sobre el “jeitinho brasileiro” —la “manera brasileña”—, que significa que los brasileños siempre encuentran una manera de hacer todo. Sin embargo, los brasileños no pueden encontrar la manera de Realizarse. ¡Aquí no existe el “jeitinho brasileiro”! Entonces, no hay cómo burlar Esto, no hay cómo quebrar las reglas, porque la Realización no es como una pequeña ventana secreta, que descubres al atravesar, mientras otros quedan del otro lado. En la política, y en muchas otras áreas, esto se ve mucho, estas pequeñas “maneras” posibles, con las que descubres una ventana, la atraviesas y entonces “sales adelante”, logrando lo que otros no logran.

La Realización de Dios es algo que hace Dios, es un acontecimiento de la Gracia, así que aquí no hay faltas; no puedes romper la ley. En el Reino de Dios no hay policías, jueces, fiscales ni abogados, no son necesarios, porque nadie puede infringir esta ley y recibir sanciones. La Realización de Dios la hace la Gracia. Dado que en el Reino de Dios las cosas suceden según la Gracia Divina, tú no sabes qué ocurre, no hay "alguien" que pueda determinar o controlar las cosas.

Ahora, ahondando un poco más en este asunto de la Autorrealización, otra de las varias razones por las que Esto no se aprende con nadie es porque tu Naturaleza ya está presente. Lo que Tú eres no se aprende, pero sí se puede constatar.

La pregunta aquí es: “¿Cómo constatar Esto, ya que no se puede aprender con nadie?”. Cuando te vas a dormir, pones un despertador para que te saque del sueño a la hora que tienes que despertar. El despertador es un mecanismo para apoyarte, para ayudarte a salir del sueño, pero ese mecanismo no puede sacarte del sueño. Hace un ruido específico y esto te ayuda a salir del sueño, pero no es el despertador el que te quita el sueño; ¡eres tú quien sale del sueño! Si el despertador suena y tú estás en un coma profundo, no saldrás del sueño. Pueden inclusive rodear tu cama con diferentes despertadores, haciendo diferentes ruidos, y tú no saldrás del sueño.

Entonces, aquí entramos en el asunto de la relación “maestro-discípulo”. Tú puedes elegir no tener un maestro, o puedes elegir a tu maestro, pero estás en "coma", tu "sueño" es profundo, y este movimiento de elección está ocurriendo en el "sueño". Así que, en el "sueño", eliges no tener un gurú, o eliges el gurú más bonito, preferiblemente uno que viva en tu país o uno que te guste, pero, como lo has elegido, no funcionará. Todo esto funcionará como un despertador para alguien que está en coma: ¡no funcionará! En otras palabras, ¡esto no puede ser tu elección!

Transcrito a partir de un discurso en un encuentro online, realizado el 12 de setiembre de 2020. Publicado por primera vez en portugués el 15 de octubre de 2020. Para más información sobre nuestras reuniones, haga clic aquí .

domingo, 12 de septiembre de 2021

¿Cómo reconocer al Gurú real?

En cuanto a la pregunta de "cómo reconocer al verdadero gurú en este mercado de gurús que crece cada día", no te preocupes, ¡no! Te equivocarás cuando quieras saber "quién es quién". No te equivocarás solamente si dejas que Dios lo haga por ti. Si eres real, Dios nunca será irreal para ti. Si eres real Dios es real, y Dios es real cuando tú eres real. Cuando eres real, todo está en su lugar, todo aparece para ti como tiene que aparecer. Es lo que necesitas en el momento.

Cuando apareció Ramana, yo tenía todo para rechazarlo. Toda mi formación intelectual y teológica era para rechazar la presencia de un Maestro que no fuera Jesucristo, y lo peor, sin cuerpo, ya muerto. Un hombre sin cuerpo, ¡muerto! Pero había algo aquí que era auténtico. El deseo de Dios y de liberación era auténtico, así que no podía ser una ilusión o algo que viniera del mal, del demonio, del diablo. Si yo rezaba a Cristo y ayunaba durante 24 horas, como lo hacía en esa época, cada sábado, para encontrarme con Dios, no podía ser el diablo el que se me estuviera apareciendo en ese momento.

O me quedaba con esta confianza en la oración o me quedaba con los pensamientos de la teología, que había estudiado durante tanto tiempo leyendo la Biblia, y que había escuchado en el seminario... Me quedaba con aquello que me calentaba el corazón y me llenaba de un amor indecible y de un silencio indescriptible, o me quedaba con pensamientos revueltos, con dudas, con confusión, con miedos, como: "¿Es Cristo o es el diablo?" o "¿qué es lo que está pasando?". También venían pensamientos como: "¿Te estás volviendo loco?", "¿Qué es esto? Esto es una locura", "¡Estás perdiendo la cabeza!", "Estás... ¡Estás…!” O me quedaba con estos pensamientos o me quedaba aquí, en este Espacio de silencio y alegría indescriptible, invadido por un amor que nunca había sentido, por nada, por nadie, por nada en este mundo.

¡No te preocupes, no! ¡No te preocupes! Dios se encargará de ello. Siempre ha sabido ocuparse de todo.

El desafío... El gran desafío es que con esta Presencia, la "persona" muere, y esta no quiere morir, no quiere perder el control. Un Maestro vivo es la última estación del metro, la última parada; ¡desembarco obligatorio! Llega una voz que dice así: “¡Señores pasajeros, no más viajes! ¡Estación Terminal!”. ¿Y el miedo a enfrentarse a lo que hay tras la puerta, fuera? “¿Será un mundo real? ¿Será una vida real? ¿Aún estaré vivo, o muerto, si salgo por esta puerta, que acaba de abrirse, oyendo esa voz que dice: ‘¡Desembarque obligatorio!’?” ¡Ese es el reto!

Ante a la Verdad (que es el Gurú Real) no habrá elección, no quieres elección, si lo que ha ardido allí todo este tiempo es el fuego por la Verdad, y si no estás jugando con esto, si no estás mintiendo, si ya no quieres la mentira. Así que ¡no te preocupes, no te preocupes! Como dijimos hace poco, el sueño sucedió y salir del sueño también simplemente sucede. ¡Él se encarga de eso! Deja todo en manos de Bhagavan. Ramana decía: "¡Bhagavan se encarga!”. Esa fue una de sus promesas. Esa es la promesa de Bhagavan, esa es la promesa de Satguru.

Este es un camino en el que ni siquiera los locos se equivocan. En la Biblia hay un versículo así: "¡Ni siquiera los locos se equivocarán en el camino!" Sin ego allí, no puedes ver ego aquí. ¿Recuerdas el ejemplo del espejo? Cuando te miras en el espejo, no ves el espejo, te ves a ti misma (a ti mismo). Así que el problema no está ahí, el problema está aquí.

Mi pregunta para ti es: ¿puedes confiar en eso? ¿Puedes confiar en una mente que lleva milenios contándote pequeñas historias e inventando un mundo de historias, diciendo que eres feo, que no eres digno, que no vales nada, o que eres un pecador, que mereces el infierno? O que está diciendo lo contrario, que eres muy importante, que eres un alma preciosa, que eres más bonito que todos los demás y que mereces más, más que todos a tu alrededor, lo mejor de todas las cosas? La pregunta es: ¿puedes confiar en esos sentimientos? ¿Se puede confiar en ellos? Una hora estás feliz, otra hora estás triste; una hora estás bien, otra hora estás mal; una hora amas, otra hora odias; una hora estás tan seguro de la verdad y otra hora estás tan decepcionado, sintiéndote frustrado porque crees que te han engañado.

¿Puedes confiar en las emociones? ¿Puedes confiar en las sensaciones? ¿Hace calor o frío? ¿Se puede confiar en las conclusiones sobre lo que es y lo que no es? ¿Se puede confiar en ese movimiento de la mente? ¿Eh? ¿Puedes confiar en eso? ¿Puedes confiar en que estás o en que no estás? ¿En que te has iluminado o en que no te has iluminado? ¿Se puede confiar? ¿Puedes confiar en lo que dices, en lo que escribes, en lo que otros te cuentan o en lo que lees que otros han escrito? ¿Se puede confiar? ¿Puedes confiar en ti mismo, en ti misma? ¿Se puede confiar? ¡Bien! Entonces ¡no te preocupes! No te preocupes. ¡Relájate! ¡Eso no es asunto tuyo!

Cuando hablo de entrega, el ego se asombra (por no decir que se asusta), porque lo único que el ego quiere es tener el control. Cuando hablo de entrega, me refiero precisamente a lo que te estoy diciendo: abandonarte, arrojarte, dejarte llevar a los pies de la Gracia, de Dios... "Pero ahí, cuando usas la palabra Dios, ¿de qué estás hablando, Maestro?”… "Oh, Gurú, ¿de qué estás hablando? Me siento muy cómodo cuando usas la palabra Dios, y cuando usas la palabra Conciencia también, un poco. ¡Pero cuando usas la palabra Gurú, me desconcerta por completo!”… "Oh, Gurú, ¿dónde están tus pies, para arrojarme a tus pies? Si me arrojo a tus pies, ¿a los pies de quién me estaré arrojando?”.

Toda esa lucha con las palabras que tienes ahí tiene que caer, porque eso también está en la autoconfianza, en la ilusión de creer que sabes. ¡No sabes nada! Si supieras ya lo habrías resuelto todo. Si supieras algo serías libre, porque la Verdad no viene por partes; no es como las cuotas de la tienda de electrodomésticos, que las pagas hasta que un día las liquidas. La Verdad es como un bloque así: oh... boom... Cae sobre ti y te aplasta. No sabes qué es la Verdad, pero tienes la arrogancia de creer que sabes: que sabes dónde está la Verdad y dónde no está; dónde está Dios y dónde no está; qué es verdadero, qué es falso, qué es real y qué no es real para ti. Sin embargo, estás como una cucaracha tonta.

Cuando hablo de entrega, me refiero a desistir… Desistir de confiar en ti mismo. Fíjate que esto es lo contrario de todo lo que has aprendido toda tu vida: la autoafirmación. Dejen todo lo que hayan oído, leído, aprendido, en cursos o en libros de autoayuda, en terapias, ayudas para curarse (¿De qué? ¿De quién? ¿Qué cura es esta? ¿Quién puede curarse? ¿Quién puede salvarse? ¿Quién sabe?) ¿Quién conoce la verdad? Cuando hablo de entrega, me refiero a dejarlo todo, a dejar que esta Conciencia, esta Presencia, este Gurú (llámale como quieras), se encargue, que se encargue del asunto, de este asunto. Ramana decía: "¡Déjalo en manos de Bhagavan, que Bhagavan se encarga de ello!".

Trece de abril de mil novecientos cincuenta (13/04/1950), era una mañana... El sol llenaba toda aquella montaña, las nubes de una belleza extraordinaria en el cielo azul, los pájaros cantando... Todos los que rodeaban a Ramana esa mañana estaban supremamente preocupados por ese cuadro. Las últimas noches, el que dormía con Bhagavan había comentado que su cuerpo gemía bajo ese dolor, bajo ese dolor del cáncer, de esa enfermedad mortal. ¡Todos estaban preocupados esa mañana! Él abre la boca, mirando a todos, con una mirada indescriptible, en un profundo silencio, en una completa desidentificación con el cuerpo, y dice a todos los presentes: "¿Por qué están tan preocupados? Mañana todo estará bien. ¡Mañana todo estará bien!

Llega el día siguiente... 14 de abril, un día de Presencia indecible en el Ashram, un Silencio, una Gracia, un poder imperioso bañando toda la montaña de Arunachala. El sol se pone ese día y, a las 20:47 (ese día, 14 de abril de 1950, un minuto antes), el pavo real hace ese ruido común, que hacen todos los pavos reales... Uno de ellos hace ese ruido, ese sonido, una mezcla de cántico con un grito ensordecedor. Ramana, que estaba tumbado, hace un esfuerzo por acomodarse (y algunos le ayudan en ese momento)… Aún es capaz de sentarse, en ese minuto antes (20:47), y después de ese sonido del pavo real, sus últimas palabras son: “¿Le han dado comida?" Repite, preguntando por segunda vez: “¿Ya le han dado comida?". El Silencio vuelve de nuevo y se dan cuenta, sienten, que es el momento de dejar al Maestro sentado. En ese momento, ¡todo está bien! Ocurre su última respiración.

¡No se preocupen! ¡El Gurú siempre es real si la devoción es real! Siempre es la Verdad si tú eres la Verdad. Todo acaba bien al final, muy bien, ¡siempre!

Transcrito a partir de un discurso dado en un encuentro presencial en la ciudad de Campos do Jordão, en el Ramanashram Gualberto, en junio de 2016. Publicado por primera vez en portugués el 28 de junio de 2016. Para más información sobre nuestras reuniones, haga clic aquí .

lunes, 6 de septiembre de 2021

La Verdad no se puede enseñar

Lo que considero más importante en estos encuentros es la apertura, la receptividad a la Verdad. Hoy en día se habla mucho de la cuestión del gurú-discípulo, de si es necesario o no el gurú. Este tema ha inquietado a muchos. Hablando desde el punto de vista último y absoluto, no hay gurú, discípulo ni enseñanza, porque la Verdad no se puede enseñar. Así que, desde el punto de vista absoluto, no es una cuestión que surge para el Sabio.

Sin embargo, paradójicamente, quien se ve a sí mismo como una entidad separada, tiene una profunda necesidad de ser Uno con la Verdad. En este sentido, ser un discípulo es estar preparado para la Verdad, así que esto es algo esencial, fundamental. El prepararse para enfrentar a la Verdad, a la Realidad, es una verdadera necesidad. Ahora, si el Gurú va a asumir una forma humana o no (y el Gurú es esta Verdad), ya es otra cuestión. Si esto no ocurre, si la Verdad no se revela, la ilusión, que es básicamente miseria y sufrimiento, estará presente.

Así, la primera pregunta que surge en el corazón del discípulo, que es quien se está abriendo a la realización de la Verdad, es: "¿Qué significa todo esto? Después de todo, ¿qué significa estar vivo? ¿Qué significa la vida? ¿La vida es solo eso: nacer, crecer, envejecer, enfermar y morir?". Si estás dispuesto a mirar esta pregunta, eres un discípulo de la Verdad, un discípulo de la Vida. Eso es lo que considero "apertura", "receptividad" a la Verdad.

Cuando eres un discípulo de la Vida, de la Verdad, y hay una gran inquietud interior, llega un momento en que la Verdad, o el Gurú, aparece. El Gurú no es externo, no puedes encontrarlo. Esa es otra cuestión interesante.

En cierto sentido, el Gurú es el que enseña algo, pero como acabamos de decir, la Verdad no se puede enseñar. Así que, si buscas instrucción espiritual, encuentras gurús que solo son profesores. Estos pueden darte algún tipo de conocimiento, pero no pueden darte la Verdad. Eso de ir por todo el mundo buscando un Gurú hace que solo encuentres profesores.

¡Tú no puedes encontrar al verdadero Gurú! Es el verdadero Gurú quien te encuentra y no al revés. Tú no encontrarás la Verdad, por lo que tampoco podrás encontrar al Gurú. La Verdad, el Gurú, te encuentra a ti. Eso es lo que estamos tratando aquí. Cuando eres un discípulo de la Vida, un discípulo de la Verdad, hay un sentimiento interno de guía, algo profundamente misterioso sucede en ti. Se produce una apertura, y ahí, el Gurú, la Verdad, te encuentra. No importa si el Gurú tiene forma humana o no.

Así que, cuando existe este "ardor" interior por la Verdad, eres un verdadero discípulo. Para el verdadero discípulo, la Verdad, el Gurú, siempre estará disponible. La Verdad está más allá de la enseñanza. Solo puedes ser despertado a la Verdad por la Verdad misma. En este sentido, el Gurú es esencial, pero solo cuando el discípulo es real. Cuando el discípulo no es real, se queda buscando enseñanzas para mejorar como persona, así que eso es lo único que encontrará. Por lo tanto, tu Gurú solo será un maestro que te "ayudará" de alguna manera; te enseñará sobre la Verdad. De hecho, no será una ayuda realmente, sino un gran obstáculo. Con el tiempo, puede que se vuelva completamente inmune a la Verdad, como alguien que ha tomado una vacuna y se ha vuelto inmune a ciertos tipos de bacterias o virus. Cuando la Verdad viene, es para despertarte y no para enseñarte.

Hoy en día hay muchas personas que estudian la Autorrealización o las enseñanzas del Advaita. Durante más de dos mil años, la gente ha estudiado las palabras de Jesús, y hasta ahora nadie ha despertado de esa manera. De esta manera también puedes estudiar a los Vedas, las palabras de Ramana, de Buda o de Krishnamurti. El verdadero Gurú es la Verdad, y cuando Esta llega, ¡Despierta! No da conocimiento, La Verdad trae la Revelación de lo Desconocido, Aquello que no tiene nombre, que no tiene forma, que está más allá de la mente.

Puedes pasar toda tu vida estudiando, y cuanto más estudias más te alejas de la Verdad, porque Esta no se enseña, no puedes aprenderla. Solo cuando te encuentras con el Gurú, te encuentras contigo mismo, te encuentras con la Verdad. Pero el problema es que tú no puedes encontrar al Gurú, porque tú no puedes encontrar la Verdad. Es la Verdad, el Gurú, quien te encuentra a ti, y para ello necesitas estar abierto, en rendición, en entrega, tiene que nacer una gran simplicidad en ti.

Otro aspecto de este mismo asunto es que el Gurú no puede ser encontrado porque no es algo exterior. Por lo tanto, ¡no se le puede buscar! Todo lo que el ego puede ver son objetos; todo lo que puede encontrar es parte de sí mismo, nunca el Gurú. Otra cosa es que en la gran mayoría de los casos, la representación ideal de esta Verdad es el Gurú en la forma humana. Hay algunos casos en los que la Presencia de la Verdad, del Gurú, no asume una forma humana, pero son casos muy raros.

¿Por qué el discípulo necesita al Gurú? Simplemente porque aún no está establecido en la Verdad. Si estuviera establecido en la Verdad, sabría que no hay discípulo ni Gurú. Pero, para quien no conoce esta Verdad —y no sirve de nada conocerla solo teóricamente—, el Gurú, la Verdad, Dios, es esencial. Así que a menos que estés completamente abierto, en profunda entrega, no conocerás el significado de la Presencia del Gurú, la importancia y el valor de esta Gracia.

La Verdad, el Gurú, esta Presencia, es algo más allá de las palabras. Tú no puedes encontrarlo, pero Él puede encontrarte a ti, si estás abierto, si esta simplicidad está ahí dentro, si estás “quemando” por la Verdad. Dios, la Verdad, el Gurú, nunca está ausente, pero mientras no tengas la madurez para reconocer su Presencia (que está presente, pero que no puedes disfrutar), no podrás encontrarla ni ser encontrado por Ella, porque, de hecho, no quieres la Verdad, no e entrega. Por eso algunos egos se "iluminan", se forjan una "iluminación", "viajan" en una iluminación fabricada.

La Autorrealización, la Iluminación o la Verdad, solo está presente cuando ya no está el sentido del "yo", cuando ya no hay ilusión, cuando ya no hay sentido de separación. Tu búsqueda no puede darte eso, solo la madurez puede darte la Presencia de la Gracia en la forma del Gurú. Así que tú no lo encontrarás.

Si eres de los que viajan por el mundo en busca de un Gurú, lo único que estás buscando es un instructor espiritual. Cuando hay apertura, verdadera madurez y entrega interior, Dios irá a ti, el Gurú irá a tu encuentro. No irás a Él, Él te encontrará y te acercará a Él. La Verdad, el Gurú, te encuentra, y no al revés; la Liberación te alcanza, y no al revés.

Transcrito a partir de un discurso en un encuentro online, realizado el 04 de julio de 2018. Publicado por primera vez en portugués el 21 de noviembre de 2018. Para más información sobre nuestras reuniones, haga clic aquí .

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